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lunes, 20 de abril de 2015

El Papa ante la tragedia del Mediterráneo: "Buscaban la felicidad"


Fuente Religión Digital
(José M. Vidal).- No cabe un alfiler en la Plaza de San Pedro, para escuchar al Papa Francisco en el regina coeli. Un Papa triste y dolido por la nueva "tragedia" del Mediterráneo, con cientos de inmigrantes desaparecidos. Bergoglio explica que son "hermanos nuestros, que buscaban una vida mejor". Y pide a la comunidad internacional que "actúe con rapidez y decisión", para que tragedias así no se vuelvan a repetir.
Algunas frases del Papa
"En las lecturas de hoy resuena por dos veces la palabra testimonio"
"Los apóstoles no podían callar su extraordinaria experiencia de la resurrección"
"La Iglesia tiene la obligación de prolongar en el tiempo esta misión"
"Todo bautizado es llamado a testimoniar con palabras y vida que Jesús ha resucitado, está vivo y en medio de nosotros"
"Todos estamos llamadoa a testimoniar que Jesús está vivo"
"El testigo es uno que ha visto, recuerda y cuenta"
"Tres verbos que describen la identidad y la misión"
"El testigo es el que ha visto una realidad"
"El testigo cuenta no de una forma fría, sino como alguien que se ha dejado cuestionar y, desde entonces, ha cambiado su vida"
"La testimonianza cristiana no es una teoría ni una ideología ni un moralismo, sino un mensaje de salvación"
"El cristiano debe ser humilde, valiente y misericordioso"
"Comunicar la potencia liberadora del Jesús vivo"
Texto íntegro de las palabras del Papa antes de la oración del Regina Coeli
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En las lecturas bíblicas de la liturgia de hoy resuena dos veces la palabra "testigos". La primera vez es en los labios de Pedro: él, después de la curación del paralítico en la puerta del templo de Jerusalén, exclama: " Mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos". (Hechos 3,15). La segunda vez es en los labios de Jesús resucitado: él, la noche de Pascua, abre la mente de los discípulos al misterio de su muerte y resurrección y les dice: "Ustedes son testigos de todo esto." (Lc 24,48). Los Apóstoles, que vieron con los propios ojos al Cristo resucitado, no podían callar su extraordinaria experiencia. Él se había mostrado para que la verdad de su resurrección llegara a todos mediante su testimonio. Y la Iglesia tiene la tarea de prolongar en el tiempo esta misión; todo bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y con la vida, que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros. Todos nosotros estamos llamados a dar testimonio de que Jesús está vivo.
Podemos preguntarnos: pero, ¿quién es el testigo? El testigo es uno que ha visto, que recuerda y que relata. Ver, recordar y relatar son los tres verbos que describen la identidad y la misión. El testigo es uno que ha visto, con ojo objetivo, ha visto una realidad, pero no con ojo indiferente; ha visto y se ha dejado involucrar por el evento. Por esto recuerda, no sólo porque sabe reconstruir en modo preciso los hechos sucedidos, pero también porque aquellos hechos le han hablado y él ha captado el sentido profundo. Entonces el testigo relata, no en manera fría y distante sino como uno que se ha dejado poner en cuestión y desde aquel día ha cambiado vida. El testigo es uno que ha cambiado vida.
Testigos del Señor resucitado, llevando a las personas que encontramos los dones pascuales de la alegría y de la paz
El contenido del testimonio cristiano no es una teoría, no es una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones o un moralismo, sino que es un mensaje de salvación, un evento concreto, es más, una Persona: es Cristo resucitado, viviente y único Salvador de todos. Él puede ser testimoniado por quienes han hecho una experiencia personal de Él, en la oración y en la Iglesia, a través de un camino que tiene su fundamento en el Bautismo, su alimento en la Eucaristía, su sello en la Confirmación, su constante conversión en la Penitencia. Gracias a este camino, siempre guiado por la Palabra de Dios, todo cristiano puede transformarse en testigo de Jesús resucitado. Y su testimonio es mucho más creíble cuanto más transparenta un modo de vivir evangélico, alegre, valeroso, humilde, pacífico, misericordioso. En cambio, si el cristiano se deja llevar por la comodidad, por la vanidad, por el egoísmo, si se vuelve sordo y ciego a la pregunta sobre la "resurrección" de tantos hermanos, ¿cómo podrá comunicar a Jesús vivo, como podrá comunicar la potencia liberadora de Jesús vivo y su ternura infinita?
María, Madre nuestra nos sostenga con su intercesión para que podamos volvernos, con nuestros límites, pero con la gracia de la fe, testigos del Señor resucitado, llevando a las personas que encontramos los dones pascuales de la alegría y de la paz.



Palabras tras la bendición
"Llegan en estas horas noticias relativas a una nueva tragedia en las aguas del Mediterráneo. Un barco, cargado de emigrantes, se hundió la pasada noche...con cientos de víctimas"
"Expreso mi más sentido dolor ante tal tragedia y aseguro para los desaparecidos y sus familias mi recuerdo y mi oración"
"Dirijo un llamamiento para que la comunidad internacional actúe con decisión y prontitud, para evitar que semejantes tragedias se repitan"
"Son hombres y mujeres como nosotros, hermanos que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras...buscan una vida mejor"
"Buscaban la felicidad"
"Os invito a rezar en silencio primero y, después, todos juntos, por estos hermanos y hermanas"
Saluda a ls peregrinos de Brasil, Berlín, Munich, Colonia y Sant Feliu de Llobregat, asi como a los polacos, a la Acción Católica, a los fieles de Milán y Bérgamos, a los jóvenes de Turín...
"Hoy comienza en Turín la solemne ostensión de la Sábana Santa...Tamibén yo iré...Que nos ayude a encontrar el rostro misericordioso de Dios en los hermanos más sufrientes"

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