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domingo, 9 de julio de 2017

Monasterio Ntra. Sra. de El Socorro- Güímar- Tenerife



Orígenes de una obra de fe

El fallecido sacerdote güimarero D. Hipólito Jorge Dorta, fue el máximo promotor del Monasterio dedicado a Ntra. Sra. de El Socorro, relata que esta obra fue inspirada en la providencia divina,  en el espíritu sacerdotal de los tres hermanos sacerdotes güimareros: Vicente, Juan e Hipólito ( q. e. p. d.) y en la profunda devoción que siempre han sentido a Ntra. Sra. de El Socorro. Toma cuerpo con motivo del Año Mariano declarado por el Papa San Juan Pablo II y por la Encíclica "Redemptoris Mater". 
Se encuentra emplazado en la Asomada, a la altura del Sitio Histórico de Chinguaro, donde en una de sus cuevas fue venerada la imagen hallada en las playas de Chimisay, hoy del Socorro en Güímar. 

El lugar de La Asomada es donde despiden  y reciben a la imagen de Ntra. Sra. de El Socorro anualmente los güimareros en la ancenstral Bajada y Subida, los días 7 y 8 de septiembre. 

A principios de 1988, don Damián Iguacen Borau, por entonces obispo tinerfeño, firma el primer nombramiento en relación con las obras. Han de transcurrir 4 años, sin embargo, para que comience la construcción del edificio. 

La Primera piedra

La bendición de la primera piedra, a cargo del fallecido obispo de Tenerife, don Felipe Fernández García, tuvo lugar el 6 de mayo de 1992. Fueron padrinos de la ceremonia el matrimonio compuesto por don Pedro Modesto Campos Rodríguez, ilustre tinerfeño, natural de Güímar, y doña Antonia Domínguez (q. e. p. d.). 


Camino del Monasterio

Un quinquenio  más tarde, en el año 2000, el Ayuntamiento de Güímar, daba el nombre de los Hermanos Sacerdotes Jorge Dorta, a la calle que conduce al actual Monasterio de Ntra. Sra. de El Socorro. 

Comunidad del Verbo Encarnado

Fundado en Argentina en 1982, contaba en 2001 con 204 monjes y que empezarían a regir el primer cenebio masculino en la historia de la Diócesis de Tenerife en tierras de Güímar. 

Su fundador fue el reverendo Carlos Miguel Buela, quien decidió que el beato Juan Pablo II fuese el padre espiritual del citado instituto. Es una congregación que respira bajo dos pulmones: la iglesia católica y el rito bizantino-ortodoxo. Su fin es la evangelización de la cultura.
Existen dos ramas: la contemplativa, cuyo lema es la oración, el sacrificio y el trabajo, y la apostólica, constituida por sacerdotes que tienen a su cargo parroquias y por monjas, a las que se denomina Siervas del Señor y de la Virgen de Matará, que tienen la misión de impartir catequesis; ayudar, sobre todo espiritualmente, a las personas que lo necesitan, visitar y consolar a los enfermos, etcétera. La rama apostólica se encuentra en Tenerife, en el pueblo de Arico.



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LA ESPADA: Nuestra misión es predicar: "Tendrán en sus bocas la espada de dos filos de la Palabra de Dios" (Tratado de la Verdadera Devoción a la Virgen María).
LA CRUZ ROJA: Toda obra toma su fuerza de la sangre de Cristo derramada por nuestra redención.
EL FONDO BLANCO: símbolo de la pureza de todas las obras hechas solo por Dios.
LA CORONA: representa la realeza de Cristo.
LAS TRES LLAMAS: son los tres consejos evangélicos (votos de pobreza, castidad y obediencia).
EL LIRIO (flor de lis): significa nuestro cuarto voto de consagración a la Virgen María en Materna Esclavitud de amor.
LAS LETRAS V, C, F, E: quieren decir Verbum Caro Factum Est (el Verbo se hizo carne), porque somos la Familia Religiosa del Verbo Encarnado. Estas palabras se refieren al Evangelio de San Juan, en el que describe el acontecimiento de la Encarnación (Jn 1, 14).
EL ROSARIO: es nuestra devoción a la Virgen María, su materna protección, su presencia en nuestras vidas y en las obras apostólicas.
Más información a través del siguiente enlace: 


http://www1.ive.org/es/quienes-somos/instituto-del-verbo-encarnado


Inauguración- Bendición del Nuevo Monasterio

Los actos religiosos previos a la inauguración, bendición y apertura del Monasterio, consistieron en un Solemne Triduo y en una procesión de antorchas.
El 27 de septiembre de 2001, el prelado de la Diócesis de Tenerife, D. Felipe Fernández García, concedía la Erección Canónica del Monasterio. Se nombró como superior al P. Reynaldo Anzulovich VE. 
El día 1 de octubre de 2001, el obispo de Tenerife, presidió la bendición del nuevo Monasterio y la dedicación de la Iglesia Conventual a Ntra. Sra. de El Socorro. Participaron miembros de la Comunidad del Verbo Encarnado, párrocos del arciprestazgo de Güímar, sacerdotes y más 300 asistentes. 

Y respecto a la importancia del monasterio para la diócesis decía Don Felipe en la homilía de la santa Misa de inauguración:

¡cuántos hombres y mujeres, de las actuales generaciones y de las generaciones venideras se gozarán en venir aquí a escuchar la palabra del Señor y encontrar el descanso del alma, a buscar la fidelidad del Señor y la instrucción que destierra la ignorancia! …sepamos que un monasterio, siendo precisamente eso, un monasterio, y no otra cosa, es como el corazón en el cuerpo de la Iglesia: un órgano invisible pero de primordial importancia. Un órgano del que, como el corazón humano, puede brotar vida para toda la Iglesia”.

Después de la procesión de entrada al claustro conventual, el equipo técnico de la obra hizo entrega simbólica al Obispo de las llaves y del proyecto del edificio, con unas breves palabras. 

La campana principal procede de la Fundición Quintana  en el año 1908 en Palencia. 
Todos los muros exteriores del edificio ostentan un alto friso de piedra basáltica de casi in metro de altura. Los pisos son todos de cerámica, y las ventanas que dan al exterior de aluminio. Las cuatro puertas de acceso son de madera maciza de pino americano.

En la planta baja están los locutorios, que son en total cuatro. Todos tienen sillones, y cuelgan en sus paredes cuadros con la imagen de Ntra. Sra. de El Socorro y de San Pedro, por ser la alcaldesa Honoraria y Perpetua  y San Pedro el patrón canónico del municipio. 

En la zona de clausura, se pueden alojar 13 monjes en las celdas que están cdispuestas alrededor de un hermoso claustro grande en el que sobresalen  parterres en dos de sus esquinas, en los que sobresalen dos cipreses. El centro del patio está ocupado por una hermosa fuente de piedra labrada, diseñada por el artista Canónico D. José Siverio; muestra una piña en los alto del plato acuífero del que destacan cuatro queribines de bronce, que con sus bocas abiertas dejan caer el agua al recipiente octogonal de la base. Con acceso desde el claustro, se aprecia la Sala Capitular bastante espaciosa, en la que se halla una gran mesa de caoba. En sus paredes retratos de los tres hermanos sacerdotes Jorge Dorta, de colaboradores y benefactores del Monasterio y del fallecido Obispo güimarero D. Domingo Pérez Cáceres, ilustre hijo de la Ciudad de Güímar y pariente de los fundadores sacerdote Jorge Dorta. 

La Iglesia Conventual es de planta cuadrada, situándose en dos de sus a´ngulos el altar. presbiterio y la gran puerta del exterior. Destaca el buen trabajo de ebanistería y el original estilo de sillería coral alrededor de la mesa celebrativa. Este trabajo fue elaborado por artesanos ebanistas del pueblo de Los Realejos, en el norte de la isla de Tenerife, siguiendo diseños y dirección artística del Canónico de la S. I. Catedral, don José Siverio.
Preside este presbiterio un gran crucifijo, y en las paredes grandes vitrales de rica luminosidad, con alegorías de la Eucaristía, el Cordero, la Paloma, la Biblia; y así mismo, cristaleras de San Benito, Santa Escolástica, Ntra. Sra. de El Socorro, San Pedro Papa, el Sagrado Corazón de Jesús, la Cena de Emaús, la Resurrección y la Santísima Trinidad. 

La réplica de la imagen de Ntra. Sra. de El Socorro es obra de Ezequiel de León. 



Fuente del Texto: Monasterio de Ntra. Sra. de El Socorro en Güímar, de Monjes Contemplativos. Ricardo Acirón Royo. Primera Edición abril 2009. 


Galería de Imágenes. 
Gabriel Benítez Pérez. 













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