ACTUALIDAD

viernes, 31 de agosto de 2018

Este viernes 31 de agosto, a las 24:00 horas, Bienvenida al mes de Ntra. Sra. de El Socorro, en Güímar- Tenerife

La imagen puede contener: montaña, exterior y naturaleza

Foto: Carmen Luisa Castro. 


Actos previos a la Bajada de Ntra. Sra. de El Socorro. 

La Comunidad Parroquial de San Pedro Apóstol, en Güímar- Tenerife, invita a participar este viernes 31 , a las 24:00 horas, a dar la Bienvenida al mes de Ntra. Sra. de El Socorro, septiembre, con los tradicionales repiques al son de bucios a cargo de la Cofradía de los Guanches de la Virgen. y también al sonido del  tambor y del tajaraste de la Danza. 

A su término, se impartirá la bendición a los presentes, junto a la imagen de la Virgen, y se hará una oración especial. 

Actos previos a la Bajada de Ntra. Sra. de El Socorro para este fin de semana 1 y 2 de septiembre

Actos para este fin de semana

Este fin de semana Güímar en Tenerife, dará la bienvenida al mes de septiembre y con el, las fiestas en honor a Nuestra Señora de El Socorro, Alcaldesa Honoraria y Perpetua de nuestra Ciudad de Güímar que este año cumple su 25 aniversario.

Los actos son los siguientes:

Sábado 1 de Septiembre
00:00 horas: Parroquia de San Pedro Apóstol: Repique y toque de bucios anunciando las fiestas de Ntra. Sra. de El Socorro. Izada de la bandera de Ntra. Sra. de El Socorro, en el pórtico de la Parroquia.

9:00 horas: Parroquia de San Pedro Apóstol: Rezo de Laudes
18:00 horas: Parroquia de San Pedro Apóstol: Rezo del Rosario y Vísperas
19:00 horas: Parroquia de San Pedro : Solemne Eucaristía. Canta: Coro Parroquial San Pedro
20:00 horas: Parroquia de San Pedro Apóstol: Lectura del Pregón de las fiestas a cargo de Excmo. Sr. D. Carlos Enrique Alonso Rodríguez. Presidente del Cabildo Insular de Tenerife. Con la Participación de la Agrupación Amigos de El Arte.

Domingo 2 de Septiembre

11:00 horas: Parroquia de San Pedro Apóstol: Misa y homenaje a La Virgen de El Socorro de La Comunidad de San Pedro Apóstol. Canta: Agrupación Folklórica Virgen de La Peña.
18:00 horasParroquia de San Pedro Apóstol: Rezo del Rosario y Vísperas
19:00 horas: Parroquia de San Pedro Apóstol: Misa y homenaje a La Virgen de El Socorro de La Comunidad de San Pedro de Arriba. Canta: Grupo Folklórico Flor de Valle.
20:30 horas: Ermita de El Socorro Presentación del nuevo manto de Nuestra Señora de El Socorro a cargo de Ramón Fernández Ruiz del Taller de Bordados de San José de Cádiz

Inauguración de las Pinturas del gaditano Manuel López Ruíz en la Fonda Medina de Güímar- Tenerife


Actos previos a la Bajada de Ntra. Sra. de El Socorro. 

Las pinturas murales de Manuel López Ruiz ubicadas la Fonda Medina, datan de principios del siglo XX, representan diversos enclaves del Valle de Güímar, entre ellos el Pico Cho Marcial, como podrán mañana observarse en todo su esplendor. Estas pinturas se conforman como una verdadera obra pictórica que debe ser conocida por todos, para así seguir disfrutando de la cultura.

El Excmo. Ayuntamiento de Güímar, a través de su Concejalía de Cultura y Patrimonio Histórico, dirigida por David Román Escobar, y el Cabildo Insular de Tenerife, con su presidente Carlos Alonso al frente, procederán a celebrar su inauguración tras casi un periodo de un año desde el comienzo de la restauración y conservación de los murales, un laborioso trabajo llevado a cabo por la empresa In Situ Conservación y Restauración S.L.U., y que ha sido gracias al convenio de colaboración entre ambas instituciones como parte del Plan de Patrimonio Histórico.
Inauguración 1 de septiembre a las 18:00 horas, en la Fonda Medina, en Güímar- Tenerife


Exposición "Memorias de un pueblo... Güímar". Recopilación de fotografías realizada por Elena Díaz y la colaboración de los vecinos del municipio


Actos previos a la Bajada de Ntra. Sra. de El Socorro. 


Dentro del acto de inauguración de las Pinturas Murales de Manuel López Ruíz, en la Fonda Medina, tal y como se ha informado en días anteriores, en esta herramienta digital, el 1 de septiembre, a las 18:00 horas, se contará con una exposición de fotografías bajo la denominación ‘Memorias de un pueblo… Güímar.
 Casi un centenar de fotografías que han sido recopiladas gracias a la dedicación y trabajo realizados durante meses por parte de la fotógrafa Elena Díaz, cediéndoles dichas imágenes vecinos y vecinas del municipio.

Sí a la Vida, no a la pena de Muerte. Comunicado de la Pastoral Carcelaria de América Latina y el Caribe

La Pastoral Carcelaria de América Latina y El Caribe, en comunión con nuestros obispos, a través del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM, queremos compartir con todo el Pueblo Santo de Dios nuestro gozo en el Espíritu por la decisión del Santo Padre el Papa Francisco de modificar el Catecismo de la Iglesia Católica para afirmar con claridad profética que la Iglesia rechaza radicalmente la Pena de Muerte y afirma y defiende la vida digna y en abundancia que Jesucristo nos ofrece (Jn. 10,10).
El nuevo texto del Catecismo de la Iglesia Católica cita:
” La Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo” (CIC 2267).
De esta manera el Papa Francisco nos invita a obedecer el mandamiento del Señor “no matarás” (Ex 20, 13) y ratifica el principio de la inviolabilidad de la vida y la dignidad humana, la cual ” no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves” (CIC 2267).
Según el nuevo texto del Catecismo de la Iglesia ” “Se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado. En fin, se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente” (CIC 2267).
Exhortamos a los Estados donde en la actualidad se aplica, a legislar aboliendo la pena de muerte y en aquellos donde no se contempla en su legislación, a adoptar las medidas necesarias para garantizar su no incorporación. A todos los hombres y mujeres de buena voluntad los exhortamos a contribuir en la generación de una conciencia, en la opinión pública, cada vez mayor en defensa de la vida, desde la concepción.
Esta modificación la asumimos, tal como lo afirma el Cardenal Luis F Ladarria, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, como un “auténtico desarrollo de la doctrina, católica”, conscientes de que Francisco es Pedro y como Vicario de Cristo en la tierra tiene la facultad y el deber de enseñar y orientar con base en el depósito de la fe y la tradición.
Como agentes de Pastoral que caminamos junto con los privados y privadas de Libertad subrayamos que siempre hay que creer en la fuerza redentora y liberadora de la Misericordia y en la capacidad del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios de redimirse.
Los discípulos misioneros de Jesús debemos amar, cuidar y defender la Vida humana, toda vida humana, por eso nos unimos al Papa Francisco y rechazamos la pena de muerte, al igual que la pena hasta la muerte.
Bogotá, Colombia, a los dos días del mes de agosto de 2018.

En nombre de las Pastorales Carcelarias de América Latina y El Caribe.
Mons Gustavo Rodríguez Vega
Presidente del DEJUSOL CELAM

Mons Jorge García Cuerva
Referente Latinoamericano de la Pastoral Carcelaria

Para reflexionar...

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Lo menos que podemos hacer, en servicio de algo, es comprenderlo. 
José Ortega y Gasset

El Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo, una obra de hace 1.000 años que se encuentra en la Catedral de Santiago de Compostela, ha sido restaurado.


jueves, 30 de agosto de 2018

IGLE­SIA EN ES­PA­ÑA . LA RELIGIÓN EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA



Ntra. Sra. de El Socorro. Güímar- Tenerife. 


S
on va­rios los lu­ga­res en los que la Car­ta Mag­na se re­fie­re de un modo u otro al fac­tor re­li­gio­so. De este modo, el ar­tícu­lo 27 re­co­no­ce el de­re­cho a la edu­ca­ción y la li­ber­tad de en­se­ñan­za, ad­mi­tien­do ex­pre­sa­men­te el de­re­cho de los pa­dres a ele­gir la for­ma­ción re­li­gio­sa y mo­ral que esté de acuer­do con sus pro­pias con­vic­cio­nes. Po­dría ci­tar­se al­gún otro ejem­plo, pero con­vie­ne que nos cen­tre­mos en un ar­tícu­lo que está ín­te­gra­men­te des­ti­na­do a esta cues­tión: el 16. De­di­qué­mos­le, por tan­to, algo más de aten­ción.

En pri­mer lu­gar, re­co­no­ce el de­re­cho de li­ber­tad ideo­ló­gi­ca, re­li­gio­sa y de cul­to a to­das las per­so­nas y a las con­fe­sio­nes. Pero este de­re­cho no pue­de que­dar en un sim­ple re­co­no­ci­mien­to. Hace fal­ta algo más, una de­fen­sa se­ria. Por eso el ar­tícu­lo 9.2 de la Cons­ti­tu­ción exi­ge a los po­de­res pú­bli­cos que pro­mue­van las con­di­cio­nes para que la li­ber­tad y la igual­dad de los in­di­vi­duos y de los gru­pos en que se in­te­gran (como son las con­fe­sio­nes) sean reales y efec­ti­vas. De­be­rán, ade­más, eli­mi­nar los obs­tácu­los que lo im­pi­dan o di­fi­cul­ten. ¿Por qué ha de ser así? La res­pues­ta la pro­por­cio­na, en este caso, el ar­tícu­lo 10.1: la dig­ni­dad de la per­so­na y los de­re­chos in­vio­la­bles que le son in­he­ren­tes, son el fun­da­men­to del or­den po­lí­ti­co y de la paz so­cial. La per­so­na, por tan­to, debe ser el perno a tra­vés del cual debe gi­rar todo el sis­te­ma po­lí­ti­co y ju­rí­di­co de Es­pa­ña.
¿Qué más dice el ar­tícu­lo 16? Con­ti­núa con otra cues­tión de in­te­rés: “Nin­gu­na con­fe­sión ten­drá ca­rác­ter es­ta­tal”, es de­cir, el Es­ta­do es acon­fe­sio­nal. In­di­ca­ré sim­ple­men­te dos cues­tio­nes al res­pec­to. La pri­me­ra con­sis­te en que des­de 1978 no hay en Es­pa­ña nin­gún cre­do re­li­gio­so ofi­cial, como tam­po­co pue­de ha­ber nin­gu­na ideo­lo­gía con ese ca­rác­ter. Es lo que el Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal ha de­no­mi­na­do lai­ci­dad, o neu­tra­li­dad ideo­ló­gi­ca y re­li­gio­sa de los po­de­res pú­bli­cos. En re­la­ción con los cre­dos re­li­gio­sos sue­le en­ten­der­se fá­cil­men­te. Sin em­bar­go, no siem­pre su­ce­de de este modo con las ideo­lo­gías. Pre­ci­sa­men­te por ser ta­les –y no re­li­gio­nes- pa­re­ce que no se van a pro­yec­tar so­bre el ám­bi­to éti­co o mo­ral y que, por tan­to, van a ser ino­cuas des­de este pun­to de vis­ta. Pero la reali­dad de­mues­tra otra cosa. Pen­se­mos en un caso ac­tual, como es la ideo­lo­gía de gé­ne­ro, que ofre­ce pro­pues­tas mo­ra­les y de cla­ro al­can­ce axio­ló­gi­co. Le­jos de no iden­ti­fi­car­se con ella, los po­de­res pú­bli­cos en oca­sio­nes la han asu­mi­do como pro­pia. Bas­te una lec­tu­ra no ex­ce­si­va­men­te pro­fun­da de la Ley del abor­to de 2010, o las nue­vas le­yes so­bre LGTB para dar­se cuen­ta de que el le­gis­la­dor la ha adop­ta­do como ideo­lo­gía ins­pi­ra­do­ra, en una cla­ra le­sión de su obli­ga­da neu­tra­li­dad no solo re­li­gio­sa sino tam­bién ideo­ló­gi­ca.
La se­gun­da cues­tión con­sis­te en que, el he­cho de que el Es­ta­do sea acon­fe­sio­nal, no quie­re de­cir que viva de es­pal­das a lo re­li­gio­so, lo ig­no­re o, me­nos aún lo per­si­ga. La cla­ve nos la ofre­ce nue­va­men­te el mis­mo ar­tícu­lo 16 en el mo­men­to de afir­mar que “los po­de­res pú­bli­cos ten­drán en cuen­ta las creen­cias re­li­gio­sas de la so­cie­dad es­pa­ño­la”. Re­cor­de­mos que el Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal, en el mo­men­to de re­fe­rir­se a la an­tes men­cio­na­da “lai­ci­dad”, la ha ca­li­fi­ca­do ex­pre­sa­men­te como “po­si­ti­va”. Esto ¿en qué se tra­du­ce? Sen­ci­lla­men­te en que los po­de­res pú­bli­cos, en el res­pe­to de la de­bi­da neu­tra­li­dad re­li­gio­sa e ideo­ló­gi­ca y sin po­der in­je­rir­se en ma­te­ria re­li­gio­sa, han de te­ner un con­cep­to po­si­ti­vo de lo re­li­gio­so des­de el mo­men­to en que se tra­ta de una vi­ven­cia de alta im­por­tan­cia para va­rios mi­llo­nes de sus ciu­da­da­nos y que, por eso mis­mo, con­for­ma un de­re­cho fun­da­men­tal. Por tan­to, nada tie­ne que ver esta lai­ci­dad con ese com­por­ta­mien­to hos­til ha­cia lo re­li­gio­so que se de­no­mi­na “lai­cis­mo”. Prue­ba de ello es que el mis­mo ar­tícu­lo 16 es­ta­ble­ce la obli­ga­ción de los po­de­res pú­bli­cos de man­te­ner “las con­si­guien­tes re­la­cio­nes de coope­ra­ción con la Igle­sia ca­tó­li­ca y las de­más con­fe­sio­nes”. En eje­cu­ción de ese man­da­to, jun­to a los acuer­dos en­tre el Es­ta­do es­pa­ñol y la San­ta Sede fir­ma­dos en 1976 y 1979, se han sus­cri­to en 1992 otros tres acuer­dos de coope­ra­ción con las fe­de­ra­cio­nes de las con­fe­sio­nes y co­mu­ni­da­des pro­tes­tan­tes, ju­días y mu­sul­ma­nas.
A es­tos da­tos debe aña­dir­se que te­ne­mos en Es­pa­ña una ley or­gá­ni­ca de li­ber­tad des­de 1980 (si bien tu­vi­mos otra ley an­te­rior apro­ba­da en 1967), que com­ple­tan un ré­gi­men ju­rí­di­co de esta li­ber­tad que si­gue sien­do pun­to de re­fe­ren­cia a ni­vel in­ter­na­cio­nal. En efec­to, paí­ses como Ita­lia o Fran­cia no tie­nen aún una ley de este tipo. Por su par­te, otros paí­ses que las han apro­ba­do más re­cien­te­men­te (como Por­tu­gal y va­rios his­pa­noa­me­ri­ca­nos) se han fi­ja­do di­rec­ta­men­te en nues­tro mo­de­lo. Esto mis­mo, jun­to con el in­sos­la­ya­ble de­ber que pro­cla­ma la Cons­ti­tu­ción de res­pe­tar los de­re­chos de las con­fe­sio­nes y las per­so­nas, de­be­rían ser es­tí­mu­lo su­fi­cien­te para con­ti­nuar en la lí­nea de la con­si­de­ra­ción ha­cia este de­re­cho y las per­so­nas y con­fe­sio­nes que son sus ti­tu­la­res le­gí­ti­mos. Este es el ca­mino ha­cia una pa­cí­fi­ca con­vi­ven­cia en­tre to­dos.
(Ale­jan­dro Gon­zá­lez-Va­ras – Igle­sia en Ara­gón).
Fuente: Agencia SIC. 

Para reflexionar...

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Debes vaciarte de aquello con lo que estás lleno, para que puedas ser llenado de aquello de lo que estás vacío. 
San Agustín

Revalorizar los Sitios Históricos de Chimisay y Chinguaro en Güímar- Tenerife


PENDIENTE LA MEJORA DEL CAMPO DE LA CEREMONIA.



QUEDA PENDIENTE REDACTAR EL PLAN ESPECIAL DEL CAMINO DE EL SOCORRO. 






Revalorizar los Sitios Históricos de Chimisay y Chinguaro. Llevar a cabo labores de restauración, rehabilitación, mejoras o publicaciones de los aspectos religiosos e históricos que tengan relación con Ntra. Sra. de El Socorro que gran tarea pendiente, por parte de las instituciones civiles y eclesiásticas, en el municipio de Güímar- Tenerife, así como en las supramunicipales.  




PENDIENTE LAS FASES DEL SITIO HISTÓRICO DE CHINGUARO:



* CENTRO DE VISITANTES. 
* ESTACIONAMIENTOS. 
* MUSEO.
* MEJORA DE LA VÍA. 
* SEÑALIZACIÓN VERTICAL ADECUADA. 
* RESTAURACIÓN DE LA TORRE "EL TARO". 










EL PAPA CONVOCA EL MES MISIONERO EXTRAORDINARIO

“Para renovar el ardor y la pasión, motor espiritual de la actividad apostólica de innumerables santos y mártires misioneros, he acogido con gran agrado vuestra propuesta, elaborada junto a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de dedicar un tiempo extraordinario de oración y reflexión sobre la missio ad gentes. Pediré a toda la Iglesia que dedique el mes de octubre del año 2019 a esta finalidad, para que en ese año celebremos el centenario de la carta apostólica Maximum illud, del papa Benedicto XV. […] La preparación de este tiempo extraordinario dedicado al primer anuncio del Evangelio nos ayude a ser cada vez más Iglesia en misión” Discurso a los directores nacionales de OMP, 3-6-17.


Fuente: Omp.es


DOMUND, Cambia el mundo

“Cambia el mundo”. En nuestro mundo podemos ver fácilmente cambios superficiales, que dejan las cosas como estaban, y otros que son “a peor”, porque derivan de acciones injustas y que atentan contra la dignidad del ser humano. Eso, si no suponemos, desde la indiferencia, que las cosas no pueden ser más que como son.
Frente a esto, los misioneros nos muestran que es posible un cambio “a mejor”, profundo y real. Ellos pueden ser para todos, y en especial para los jóvenes, un referente de compromiso y esperanza; sus vidas constituyen la prueba palpable de que un corazón en el que ha entrado Dios, con toda su novedad y creatividad, puede cambiar el mundo.

MENSAJE DEL PAPA PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES “Junto a los jóvenes, llevemos el Evangelio a todos”


Queridos jóvenes, deseo reflexionar con vosotros sobre la misión que Jesús nos ha confiado. Dirigiéndome a vosotros lo hago también a todos los cristianos que viven en la Iglesia la aventura de su existencia como hijos de Dios. Lo que me impulsa a hablar a todos, dialogando con vosotros, es la certeza de que la fe cristiana permanece siempre joven cuando se abre a la misión que Cristo nos confía. «La misión refuerza la fe», escribía san Juan Pablo II (Carta enc. Redemptoris missio, 2), un Papa que tanto amaba a los jóvenes y que se dedicó mucho a ellos.
El Sínodo que celebraremos en Roma el próximo mes de octubre, mes misionero, nos ofrece la oportunidad de comprender mejor, a la luz de la fe, lo que el Señor Jesús os quiere decir a los jóvenes y, a través de vosotros, a las comunidades cristianas.

La vida es una misión

Cada hombre y mujer es una misión, y esta es la razón por la que se encuentra viviendo en la tierra. Ser atraídos y ser enviados son los dos movimientos que nuestro corazón, sobre todo cuando es joven en edad, siente como fuerzas interiores del amor que prometen un futuro e impulsan hacia adelante nuestra existencia. Nadie mejor que los jóvenes percibe cómo la vida sorprende y atrae. Vivir con alegría la propia responsabilidad ante el mundo es un gran desafío. Conozco bien las luces y sombras del ser joven, y, si pienso en mi juventud y en mi familia, recuerdo lo intensa que era la esperanza en un futuro mejor. El hecho de que estemos en este mundo sin una previa decisión nuestra, nos hace intuir que hay una iniciativa que nos precede y nos llama a la existencia. Cada uno de nosotros está llamado a reflexionar sobre esta realidad: «Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 273).

 Os anunciamos a Jesucristo

La Iglesia, anunciando lo que ha recibido gratuitamente (cf. Mt 10,8; Hch 3,6), comparte con vosotros, jóvenes, el camino y la verdad que conducen al sentido de la existencia en esta tierra. Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros, se ofrece a nuestra libertad y la mueve a buscar, descubrir y anunciar este sentido pleno y verdadero. Queridos jóvenes, no tengáis miedo de Cristo y de su Iglesia. En ellos se encuentra el tesoro que llena de alegría la vida. Os lo digo por experiencia: gracias a la fe he encontrado el fundamento de mis anhelos y la fuerza para realizarlos. He visto mucho sufrimiento, mucha pobreza, desfigurar el rostro de tantos hermanos y hermanas. Sin embargo, para quien está con Jesús, el mal es un estímulo para amar cada vez más. Por amor al Evangelio, muchos hombres y mujeres, y muchos jóvenes, se han entregado generosamente a sí mismos, a veces hasta el martirio, al servicio de los hermanos. De la cruz de Jesús aprendemos la lógica divina del ofrecimiento de nosotros mismos (cf. 1 Co 1,17-25), como anuncio del Evangelio para la vida del mundo (cf. Jn 3,16). Estar inflamados por el amor de Cristo consume a quien arde y hace crecer, ilumina y vivifica a quien se ama (cf. 2 Co 5,14). Siguiendo el ejemplo de los santos, que nos descubren los amplios horizontes de Dios, os invito a preguntaros en todo momento: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?».

 Transmitir la fe hasta los confines de la tierra

También vosotros, jóvenes, por el Bautismo sois miembros vivos de la Iglesia, y juntos tenemos la misión de llevar a todos el Evangelio. Vosotros estáis abriéndoos a la vida. Crecer en la gracia de la fe, que se nos transmite en los sacramentos de la Iglesia, nos sumerge en una corriente de multitud de generaciones de testigos, donde la sabiduría del que tiene experiencia se convierte en testimonio y aliento para quien se abre al futuro. Y la novedad de los jóvenes se convierte, a su vez, en apoyo y esperanza para quien está cerca de la meta de su camino. En la convivencia entre los hombres de distintas edades, la misión de la Iglesia construye puentes inter-generacionales, en los cuales la fe en Dios y el amor al prójimo constituyen factores de unión profunda.
Esta transmisión de la fe, corazón de la misión de la Iglesia, se realiza por el “contagio” del amor, en el que la alegría y el entusiasmo expresan el descubrimiento del sentido y la plenitud de la vida. La propagación de la fe por atracción exige corazones abiertos, dilatados por el amor. No se puede poner límites al amor: fuerte como la muerte es el amor (cf. Ct 8,6). Y esa expansión crea el encuentro, el testimonio, el anuncio; produce la participación en la caridad con todos los que están alejados de la fe y se muestran ante ella indiferentes, a veces opuestos y contrarios. Ambientes humanos, culturales y religiosos todavía ajenos al Evangelio de Jesús y a la presencia sacramental de la Iglesia representan las extremas periferias, “los confines de la tierra”, hacia donde sus discípulos misioneros son enviados, desde la Pascua de Jesús, con la certeza de tener siempre con ellos a su Señor (cf. Mt 28,20; Hch 1,8). En esto consiste lo que llamamos missio ad gentes. La periferia más desolada de la humanidad necesitada de Cristo es la indiferencia hacia la fe o incluso el odio contra la plenitud divina de la vida. Cualquier pobreza material y espiritual, cualquier discriminación de hermanos y hermanas es siempre consecuencia del rechazo a Dios y a su amor.
Los confines de la tierra, queridos jóvenes, son para vosotros hoy muy relativos y siempre fácilmente “navegables”. El mundo digital, las redes sociales que nos invaden y traspasan, difuminan fronteras, borran límites y distancias, reducen las diferencias. Parece todo al alcance de la mano, todo tan cercano e inmediato. Sin embargo, sin el don comprometido de nuestras vidas, podremos tener miles de contactos pero no estaremos nunca inmersos en una verdadera comunión de vida. La misión hasta los confines de la tierra exige el don de sí en la vocación que nos ha dado quien nos ha puesto en esta tierra (cf. Lc9,23-25). Me atrevería a decir que, para un joven que quiere seguir a Cristo, lo esencial es la búsqueda y la adhesión a la propia vocación.

 Testimoniar el amor

Agradezco a todas las realidades eclesiales que os permiten encontrar personalmente a Cristo vivo en su Iglesia: las parroquias, asociaciones, movimientos, las comunidades religiosas, las distintas expresiones de servicio misionero. Muchos jóvenes encuentran en el voluntariado misionero una forma para servir a los “más pequeños” (cf. Mt 25,40), promoviendo la dignidad humana y testimoniando la alegría de amar y de ser cristianos. Estas experiencias eclesiales hacen que la formación de cada uno no sea solo una preparación para el propio éxito profesional, sino el desarrollo y el cuidado de un don del Señor para servir mejor a los demás. Estas formas loables de servicio misionero temporal son un comienzo fecundo y, en el discernimiento vocacional, pueden ayudaros a decidir el don total de vosotros mismos como misioneros.
Las Obras Misionales Pontificias nacieron de corazones jóvenes, con la finalidad de animar el anuncio del Evangelio a todas las gentes, contribuyendo al crecimiento cultural y humano de tanta gente sedienta de Verdad. La oración y la ayuda material, que generosamente son dadas y distribuidas por las OMP, sirven a la Santa Sede para procurar que quienes las reciben para su propia necesidad puedan, a su vez, ser capaces de dar testimonio en su entorno. Nadie es tan pobre que no pueda dar lo que tiene, y antes incluso lo que es. Me gusta repetir la exhortación que dirigí a los jóvenes chilenos: «Nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie: Le haces falta a mucha gente y esto piénsalo. Cada uno de vosotros piénselo en su corazón: Yo le hago falta a mucha gente» (Encuentro con los jóvenes, Santuario de Maipú, 17 de enero de 2018).
Queridos jóvenes: el próximo octubre misionero, en el que se desarrollará el Sínodo que está dedicado a vosotros, será una nueva oportunidad para hacernos discípulos misioneros, cada vez más apasionados por Jesús y su misión, hasta los confines de la tierra. A María, Reina de los Apóstoles, a los santos Francisco Javier y Teresa del Niño Jesús, al beato Pablo Manna, les pido que intercedan por todos nosotros y nos acompañen siempre.

FranciscoVaticano, 20 de mayo de 2018,Solemnidad de Pentecostés.

Fuente: Omp.es

"EL GRAN CAMBIO ES DESDE DENTRO" Anastasio Gil Director de OMP en España

Hace 99 años, el planeta estaba convulsionado por los efectos de la I Guerra Mundial. Hacía poco que esta había concluido, pero sus efectos devastadores se podían palpar en la sociedad. La Iglesia también sentía que algo importante estaba cambiando el mundo. La actividad misionera había recibido un fuerte zarpazo por la “baja” de tantos misioneros europeos que, por efectos de la situación, habían regresado a sus orígenes o habían abandonado la barca. A ello se sumaba un hecho que ahora, desde la perspectiva histórica, somos capaces de valorar: la falta de vocaciones nativas. Las Iglesia nacientes se habían acostumbrado a “recibir”; nunca habían sentido la necesidad de “dar” de sí mismas. Parecía que los misioneros venían de lejos con los bolsillos llenos de viandas.
En estas circunstancias, el papa Benedicto XV publica la carta apostólica Maximum illud, sobre la urgencia de la actividad misionera de la Iglesia. Era el 30 de noviembre del año 1919. En ella el Pontífice denunciaba proféticamente la necesidad de cambiar el mundo, cambiar los corazones, desde dentro. Es profética, porque hasta la fecha la idea era que, si algo podía producir un cambio, vendría desde fuera. Grave error. Benedicto XV señala que la transformación que necesita la humanidad brotaría de las comunidades cristianas que estaban naciendo en distintos puntos del mundo. ¿Adónde apunta el Papa? A las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada que Dios estaba suscitando en las Iglesias jóvenes.
Estas intuiciones del Papa estaban en sintonía con algunas iniciativas que el Espíritu Santo había ido suscitando en laicos sencillos y anónimos. Iniciativas que, de manera providencial, asume como propias y que serían, poco después, las Obras Misionales Pontificias de Propagación de la Fe, Infancia Misionera y San Pedro Apóstol. Al comprobar que la Iglesia se había puesto en marcha para orar juntos y colaborar con los que eran enviados a la misión, el papa Pío XIestablece, el 14 de abril de 1926, una Jornada Mundial de las Misiones que se celebraría, a partir de ese mismo año, el penúltimo domingo de octubre. Así, nos situamos hoy en el 92 aniversario de este día que conocemos con el acrónimo “Domund”.

“Discípulos misioneros”
La lectura de las últimas cartas del papa Francisco, incluso el Mensaje que ha entregado a la Iglesia con motivo de la Jornada de este año, junto a su discurso a los directores nacionales de OMP el pasado 1 de junio, nos lleva a comprobar que hay motivos sobrados para asumir las preocupaciones que promovieron la publicación de la Maximum illud de Benedicto XV, cuyo centenario celebraremos el próximo año. No es el momento ni el espacio para enumerar o analizar lo que es reiteradamente recordado por Francisco, pero sí para desvelar alguna de sus preocupaciones por las que el Papa invita, más aún, urge a la Iglesia a una renovación profunda en el ámbito de la misión.
De la recurrente repetición de expresiones de carácter misionero que han hecho fortuna en el lenguaje eclesial merece la pena destacar la de “discípulos misioneros”, felizmente acuñada en Aparecida, que ilumina esta Jornada del Domund y justifica su propuesta: “Cambia el mundo”. “Discípulos” es la condición esencial de quien se ha sentido llamado a tomar parte en el anuncio del Evangelio, movido por esa “pasión por Jesús” que es la misión. Este es, en definitiva, el mandato del Señor: “haced discípulos”. A la hermosa realidad del discipulado se suma la de ser “misioneros”, que no es un simple adjetivo de operatividad, sino la expresión de quien tiene “pasión por el pueblo” (cf. EG 268). Es la dimensión cósmica y universal del anuncio de la Buena Nueva. Esta es la razón por la que Francisco insiste reiteradamente en la necesidad de la renovación y conversión del corazón, que comporta una refundación, una recalificación según las exigencias del Evangelio.
Las recientes palabras del Santo Padre a los directores nacionales de OMP son prueba de ello: “No se trata simplemente de replantear las motivaciones para mejorar lo que ya hacéis. La conversión misionera de las estructuras de la Iglesia requiere santidad personal y creatividad espiritual. Por lo tanto, no solo renovar lo viejo, sino permitir que el Espíritu Santo cree lo nuevo, […] haga nuevas todas las cosas. Él es el protagonista de la misión: es él el “jefe de la oficina” de las Obras Misionales Pontificias. Es él, no nosotros”.

Cambia el mundo
La Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias en España ha propuesto, en efecto, como lema para el Domund 2018, “Cambia el mundo”. La apuesta es audaz y atrevida. Produce una cierta sonrisa de incredulidad. Sin embargo, no es otra cosa que lo que hace la Iglesia desde su nacimiento, lo que hacen los misioneros cuando son enviados al mundo, lo que hace cualquier cristiano que se ha tomado en serio el ser discípulo misionero.
El cambio que promueve el Domund nace del corazón donde ha entrado Dios. Desde un corazón que ama se vence el egoísmo, se deja de pensar solo en las necesidades propias y se comienza a pensar en las necesidades de los demás. Se sale, de las cuatro paredes del confort, al mundo sin fronteras. El Señor da fuerza y acompaña a quien emprende este camino, que es el camino del discípulo misionero. “Esta transmisión de la fe, corazón de la misión de la Iglesia, se realiza por el «contagio» del amor, en el que la alegría y el entusiasmo expresan el descubrimiento del sentido y la plenitud de la vida. La propagación de la fe por atracción exige corazones abiertos, dilatados por el amor”, dice el papa Francisco en su Mensaje para esta Jornada Mundial de las Misiones.
Una mirada a los pueblos evangelizados desde el minuto cero certifica que este cambio es susceptible de llevarse a cabo, porque no se trata de planes que no se puedan abarcar, sino de acciones que se puedan realizar. Por eso, no se puede hablar de la evangelización como algo “teórico”, sino como una transformación real. De hecho, Obras Misionales Pontificias propone a los misioneros como ejemplo de que el cambio en el mundo es posible. Ellos lo provocan con su “vida y obra”; con acciones concretas que han transformado la realidad de pueblos y personas con nombre y apellido. Solo desde esa “proximidad” se va produciendo poco a poco el cambio global.
Y es que el gran cambio que transforma los corazones esclavizados por el individualismo, el espiritualismo, el encerramiento en pequeños mundos, la dependencia, la instalación, la repetición de esquemas ya prefijados, el dogmatismo, la nostalgia, el pesimismo, el refugio en las normas, llega a través de cambios pequeños, es posible y está al alcance de todos: “Se trata de no tener límites para lo grande, para lo mejor y más bello, pero al mismo tiempo concentrados en lo pequeño, en la entrega de hoy. Por tanto, pido a todos los cristianos que no dejen de hacer cada día, en diálogo con el Señor que nos ama, un sincero «examen de conciencia»” (GE 169).

Fuente: Omp.es