• La entidad destaca la importancia de los nuevos tratamientos antirretrovirales y reclama un mayor esfuerzo para “borrar la huella social” dejada por el virus
Santa Cruz de Tenerife, 30 de noviembre de 2017. Con motivo de la celebración mañana del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, Cáritas Diocesana de Tenerife apela a la “prevención” y la “educación” para continuar avanzando en la lucha contra una enfermedad que, gracias a la disponibilidad de los tratamientos antirretrovirales, se ha convertido en crónica, lo que permite a las personas con VIH llevar una vida normalizada. La entidad diocesana lleva más de dos décadas trabajando con este colectivo en el marco de su Programa para Personas en Situación de Sin Hogar. En concreto, uno de sus recursos alojativos, el Proyecto Lázaro lleva 21 años asistiendo, entre otras, a personas afectadas con VIH/Sida en situación de sin hogar y vulnerabilidad social. Actualmente, son ocho las personas acogidas en el recurso (cinco hombres y tres mujeres), y se da atención biopsicosocial a nueve personas más.
“El contagio del VIH todavía está ligado a estructuras de marginación y exclusión, de ahí que la enfermedad esté estigmatizada, a pesar de que el contagio no entienda de clases sociales”, exponen los técnicos de Cáritas, quienes inciden en que la mayor parte de las personas con VIH que ingresan en el recurso, “lo hacen porque están en situación de sin hogar y normalmente no tienen adherencia al tratamiento, ni conciencia del mismo y necesitan un seguimiento mucho más cercano”. La mayoría de estas personas han sido diagnosticados hace muchos años y cuentan con una larga trayectoria en calle; también tienen mayor problemática de salud por la aparición de otras enfermedades que no están asociadas al Sida, sino que son patologías derivadas de un envejecimiento prematuro, como pueden ser problemas de hipertensión, enfermedades cardiovasculares, oncológicas, etc.”, subrayan desde Cáritas.
Para la entidad diocesana, resulta fundamental “concienciar de la importancia de prevenir el sida y realizarse la prueba del VIH cuando se haya estado en una situación de riesgo. “Con la medicación adecuada el Sida puede controlarse como cualquier otra enfermedad crónica, pero sin ella puede ser mortal”, destacan desde el área de Inclusión Social de Cáritas, donde insisten en reclamar un mayor esfuerzo para “borrar la huella social del Sida” con una actitud “mucho más consciente ante la importancia de la prevención”. Especialmente en el caso de la población joven, donde sigue existiendo un alto porcentaje de contagio.
Cáritas Diocesana de Tenerife cuenta con un equipo multidisciplinar y presta servicios de acogida, tales como cobertura de necesidades básicas, acompañamiento y seguimiento individualizado (psicosocial, sanitario, laboral y familiar), asesoramiento jurídico y actividades de formación y ocio, entre otras, con el fin de generar el empoderamiento personal, social y laboral de las personas afectadas por el virus, sus familiares y amigos.
El perfil más habitual de las personas participantes del proyecto es el de un varón mayor de 40, desempleado y en situación de exclusión social, aunque un porcentaje elevado de nuevas infecciones continúa siendo del colectivo de hombres menores de 30 años. “Las mujeres siguen llegando en menor número y con mayor problemática asociada, por lo que el abordaje en su proceso es más complejo. Las personas afectadas de mayor edad sufren deterioros a nivel cognitivo y orgánico de forma precoz, en comparación a las personas que no están afectadas por la enfermedad del VIH/Sida”, recalcan desde Lázaro, donde inciden en que “la gran mayoría de percibe una pensión no contributiva y tiene serias dificultades para acceder al mercado laboral y a una vivienda digna”.
 “La mayor parte de los participantes del proyecto fueron consumidores de drogas por vía parenteral en los años 80, y se quedaron anclados en un perfil de exclusión social; por este motivo fueron derivados al proyecto desde la propia administración sanitaria o los servicios sociales”, agregan desde el área de Inclusión Social de Cáritas, quienes recuerdan que “los nuevos diagnósticos a los que nos enfrentamos son consecuencia de la trasmisión por vía sexual, siendo esta vía la más habitual en la actualidad”.