Más allá de las condiciones externas y los resultados inmediatos, el entusiasta encuentra las razones de su misión adentro del corazón, en el lugar donde habita el Espíritu Santo, en el ardor de un fuego, de amor que impulsa casi sin darse cuenta a compartir el Evangelio de Cristo.
¡¡¡La Iglesia con Todos y entre Todos. Soy Tierra de Misión!!!
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