El Papa Francisco rechazó la posibilidad de que en la Misa se sustituyan las lecturas del día por textos no bíblicos, y advirtió que se trata de una práctica prohibida porque “empobrece y compromete el diálogo entre Dios y su pueblo en la oración”.
El Santo Padre, después de haber hablado en anteriores catequesis de los ritos de introducción de la Misa, reflexionó en la Audiencia General de este miércoles 31 de enero sobre la Liturgia de la Palabra, “una parte constitutiva porque nos reunimos precisamente para escuchar aquello que Dios ha hecho y que todavía pretende hacer por nosotros”.
En su enseñanza, señaló que “la proclamación litúrgica de las lecturas, con los cánticos obtenidos de la Sagrada Escritura, expresa y favorece la comunión eclesial, acompañando el camino de todos y cada uno de nosotros”.
Por ese motivo, determinadas decisiones subjetivas que alteran la Liturgia de la Palabra, “como la omisión de lecturas o su sustitución por textos no bíblicos, está prohibido: de hecho, esa sustitución empobrece y compromete el diálogo entre Dios y su pueblo en la oración”.
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