Cantalamessa explicó que el Espíritu Santo ha estado muchas veces en un segundo plano en la evangelización, pero sin él ésta se queda en algo meramente humano. Por ello dio las claves para recuperar su centralidad. Por una parte, es necesario pedirlo en la oración, y no abandonarla en aras de tener más tiempo para hacer cosas urgentes. «Lanzarse al activismo febril y perder el contacto con la Palabra es lanzarse al fracaso. Es como si unos bomberos se lanzan a apagar un incendio con mucha prisa, y cuando llegan no tienen agua». Por otro lado, animó a tener una recta intención de corazón a la hora de evangelizar. «Nada ofusca más a nuestra evangelización que la falta de pureza en nuestra intención». Contra esto, es necesario evangelizar con humildad -sin buscar la propia gloria- y con amor -a los hombres, y a la persona de Jesús-.
Fuente: Infocatólica.
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