Santísimo Cristo de Los Dolores.
Tacoronte- Tenerife.
La Oración que le gustaba a Ignacio de Loyola:
La falta de aliento, de estancamiento en la vida espiritual, la presencia del cansancio en la propia vida, el desánimo frente a la propia mediocridad. Entonces, Alma de Cristo, santifícame.
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