Padre nuestro, que estás en el corazón de mis hermanos,
únenos en ti, por la fuerza de tu Espíritu.
Padre nuestro, santificado sea tu nombre;
se tú el centro de nuestras vidas,
la norma de nuestros comportamientos.
Padre nuestro, venga a nosotros, reunidos en tu nombre, tu Reino;
tu Reino de amor, de paz, de cercanía.
Hágase tu voluntad, Padrenuestro, en lo profundo de nuestros corazones
que sea tu voluntad la pasión de nuestra vida y el lazo de unión.
Padre nuestro, que en la tierra de nuestra comunidad parroquial
te amemos, te alabemos, te adoremos,
como lo hacen los santos en el Reino de los cielos.
Padre nuestro, danos el pan cotidiano; dánosle hoy.
Danos el pan de tu Palabra para que nos encontremos en diálogo;
danos el Pan de Vida para que nos alimentemos juntos.
Padre nuestro, perdónanos nuestros fallos, nuestros miserias,
y danos un corazón grande que perdone al hermano.
Danos ser hoy servidores de la paz, de la reconciliación y el perdón.
Padre nuestro, no nos dejes caer como comunidad, en tentación.
Danos un corazón abierto a la crisis, a la prueba de cada hermano.
Danos un corazón sensible, capaz del legar a tiempo en su ayuda.
Y no nos dejes caer en las manos del Mal
que divide y dispersa la comunidad.
Amén (Mt 6,9-13).
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