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domingo, 29 de marzo de 2020

EL LIBRO DE JOB Y EL SENTIDO DEL SUFRIMIENTO

Dibujo #YoMeQuedoEnCasa de Fano | Hoy toca Reli
En nuestra vida, el sufrimiento es la experiencia que nos permite vivir de forma más directa y dramática lo que somos como seres humanos. Es el estado existencial en el cual el hombre percibe en su conciencia la noción de límite y de debilidad, que le da las posibilidades de elevarlo, al mismo tiempo, a un estado único de madurez y sabiduría. Tiene, por un lado, un sentido oscuro, en cuanto nunca terminamos de entender, de forma acabada aquí y ahora, por qué uno tiene que sufrir; pero, por otro lado, tiene un sentido luminoso, en tanto que, elevándonos por encima de nuestras preocupaciones y urgencias cotidianas, nos conecta con nuestra verdadera esencia, con la realidad dura y cruda de nuestra condición humana.
Esta doble condición, oscura y luminosa, a la vez, seguida del contexto dramático que implica la ansiedad por superar lo antes posible lo que nos hace sufrir, es lo que, seguramente, convierte el dolor en una de las cuestiones más acuciantes y    trascendentes de nuestra existencia. Prueba de ello es el hecho innegable de que la pregunta por el dolor atraviesa toda la historia de la cultura y del pensamiento desde sus orígenes. Hasta podríamos decir que, al menos en el ámbito de la filosofía y la literatura, fue precisamente ésta la cuestión  que puso en marcha la necesidad de ensayar respuestas al  origen del mal en la vida humana. ¿El mal que hace sufrir a los hombres procede de otro mundo? ¿Los dioses son los responsables de los enfrentamientos que dan origen a las guerras y destruyen a las comunidades? ¿O bien, la repuesta se encuentra en este mundo, pero no en un fatalismo cósmico sino en los vicios, en los amores desordenados, en la ambición desmedida, que surgen del alma de cada individuo y originan este desorden? Ya conocemos la respuesta de Homero en la Ilíada y la Odisea, aunque no sería ésa la única experiencia del mal que le tocaría al hombre padecer. Las catástrofes naturales, las enfermedades y la misma muerte son hechos con los cuales se enfrenta y ante los cuales necesita algunas ideas que le permitan comprender qué valor tiene aquello que se presenta como algo negativo.
Por tanto, no hay una manera de comprender de forma acabada qué sentido tiene el sufrimiento en nuestra vida, es decir, no existe un pensamiento humano que devele todo el sentido del mal, por eso, resulta siempre un misterio, algo que supera nuestras capacidades limitadas. Sin embargo, sí resulta factible pensar en el sentido en general del dolor para el hombre a partir de algunos criterios antropológicos inspirados en el conocimiento humano y en la revelación divina.
Conscientes de esta limitación humana, trataremos de resumir a continuación algunos criterios con los cuales es posible encontrar un valor a lo que parece no tener sentido. La perspectiva de nuestras reflexiones será teológica, es decir, se inspirará en la revelación divina y recurrirá al pensamiento de los teólogos, con el objetivo de pensar el significado del dolor en la vida humana y su relación con el fin trascendente más allá de este mundo, donde continúa la existencia en una forma diferente.
Para nuestro análisis del sentido teológico del dolor en la Biblia, hemos elegido uno de los textos bíblicos más importantes para este tema: el libro de Job. Se trata de uno de los libros de la Sagrada Escritura llamados “Sapienciales”. Por el tema al que se dedica —el dolor—, por la forma en que lo hace —la agudeza y audacia de sus reflexiones—, por el estilo —la belleza de sus metáforas poéticas—, por la influencia que ha tenido en muchos pensadores y porque su protagonista se ha convertido en un prototipo de actitud ante la vida, es, sin lugar a dudas, una de las obras cumbres de la literatura universal (Alonso Schökel y Sicre Díaz 1983: 21).
El libro de Job presenta, en forma de cuento, diálogos y poesías, las reflexiones de un hombre justo que, al sufrir la pérdida de sus hijos y sus bienes, se cuestiona la bondad y la justicia divinas. El autor hebreo, creyente, toma una antigua historia edomita sobre un hombre piadoso en medio de diversas desgracias, le agrega la presencia de Yahveh y, por supuesto, los conflictos que supone la fe cuando se enfrenta al mal en esta vida.
Para comprender el mensaje de la obra tenemos que explicar primero cómo se formó el texto, es decir, su autor, su intención y los géneros literarios que usa para la construcción de esta obra maestra.

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