ACTUALIDAD

miércoles, 18 de marzo de 2020

LAUDES Y VÍSPERAS. MIÉRCOLES 18 DE MARZO 2020

Resultado de imagen de PARROQUIA GUADALUPE LOS REALEJOS

LAUDES.
ORACIÓN DE LA MAÑANA
RECEMOS JUNTOS DESDE CASA. JUNTOS EN COMUNIDAD.
FESTEJAR. PARROQUIA EN RED MISIONERA.

Se comienza diciendo: Dios mío ven en mi auxilio. 
Se responde: Señor, date prisa en Socorrerme.
Gloria al Padre.....

HIMNO INICIAL 


Este es el día del Señor.

Este es el tiempo de la misericordia.

Delante de tus ojos

ya no enrojeceremos

a causa del antiguo

pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo
el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde
de corazón sincero.
En medio de las gentes
nos guardas como un resto
para cantar tus obras
y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva
para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe,
según tu Primogénito.
Caerán los opresores
y exultarán los siervos;
los hijos del oprobio
serán tus herederos.
Señalarás entonces
el día del regreso
para los que comían
su pan en el destierro.
¡Exulten mis entrañas!
¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor que es justo
revoca sus decretos.
La salvación se anuncia
donde acechó el infierno,
porque el Señor habita
en medio de su pueblo.


Salmodia


Antífona 1: Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Salmo 85
Oración de un pobre ante las adversidades
Bendito sea Dios que nos alienta en nuestras luchas. (2Co 1,3.4)
Inclina tu oído, Señor, escúchame,

que soy un pobre desamparado;

protege mi vida, que soy un fiel tuyo;

salva a tu siervo, que confía en ti.



Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;

porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.

En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.

Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor,
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»

Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.

Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu gran piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.

Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí.

Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.

(AL FINALIZAR CADA SALMO SE DICE: GLORIA AL PADRE ....).


Antífona 2: Dichoso el hombre que camina por sendas de justicia y habla con rectitud.
Is 33,13-16
Dios juzgará con justicia
La promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos. (Hch 2,39)
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;

los cercanos, reconoced mi fuerza.



Temen en Sión los pecadores,

y un temblor agarra a los perversos;

«¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?»

El que procede con justicia y habla con rectitud
y rehúsa el lucro de la opresión,
el que sacude la mano rechazando el soborno
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo alto,
tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.

(AL FINALIZAR CADA SALMO SE DICE: GLORIA AL PADRE ....).


Antífona 3: Aclamad al Rey y Señor.
Salmo 97
El Señor, juez vencedor
Este salmo canta la primera venida del Señor y la conversión de las naciones. (S. Atanasio)
Cantad al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas:

su diestra le ha dado la victoria,

su santo brazo.



El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:

tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.

Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.

(AL FINALIZAR CADA SALMO SE DICE: GLORIA AL PADRE ....).

Lectura Breve

Dt 7, 6. 8-9
El Señor, tu Dios, te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el

pueblo de su propiedad. Por el amor que os tiene y por mantener el juramento que había

hecho a vuestros padres, os sacó de Egipto con mano fuerte y os rescató de la esclavitud,

del dominio del Faraón, rey de Egipto. Así conocerás que el Señor, tu Dios, es el Dios

verdadero, el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor, por mil generaciones, con los

que lo aman y guardan sus preceptos.

Responsorio Breve

España:

V. Él me librará de la red del cazador.

R. Él me librará de la red del cazador.

V. Me cubrirá con sus plumas.

R. Él me librará de la red del cazador.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
Latinoamérica
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.

Canto Evangélico

Antifona: “No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino

a darles plenitud”, dice el Señor.

Benedictus Lc 1, 68-79
El Mesías y su precursor
+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo,

por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Preces

Bendigamos al Autor de nuestra salvación, que ha querido renovar en sí mismo todas las

cosas, y digámosle:

Renuévanos, Señor, por tu Espíritu Santo.

Señor, tú que nos has prometido un cielo nuevo y una tierra nueva, renuévanos sin cesar

por tu Espíritu Santo,

— para que lleguemos a gozar eternamente de ti en la nueva Jerusalén.
Que trabajemos, Señor, para que el mundo se impregne de tu Espíritu,
— y se logre así más eficazmente la justicia, el amor y la paz universal.
Enséñanos, Señor, a corregir nuestra pereza y nuestra desidia,
— y a poner nuestro corazón en los bienes eternos.

Líbranos del mal,
— y presérvanos de la fascinación de la vanidad que oscurece la mente y oculta el bien.
Aquí se pueden añadir algunas intenciones libres.
Digamos al Padre, unidos a Jesús, la oración que él nos enseñó: Padre nuestro.

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día,

perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

Oración

Oremos:
Penetrados del sentido cristiano de la Cuaresma y alimentados con tu palabra, te pedimos,

Señor, que te sirvamos fielmente con nuestras penitencias y perseveremos unidos en la

plegaria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

-------------------
VÍSPERAS.
ORACIÓN DE LA TARDE.
RECEMOS JUNTOS DESDE CASA. JUNTOS EN COMUNIDAD.

FESTEJAR. PARROQUIA EN RED MISIONERA.


Se comienza diciendo: Dios mío ven en mi auxilio. 
Se responde: Señor, date prisa en Socorrerme.

Gloria al Padre.....

HIMNO

Te damos gracias, Señor,

porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo
del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
"¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande;
su caridad, infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Contadle sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo,
el Dios que nos justifica!". Amén.


Salmodia

Antífona 1: Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Salmo 125
Dios, alegría y esperanza nuestra
Si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo. (2Co 1,7)
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,

nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.

(AL FINALIZAR CADA SALMO SE DICE: GLORIA AL PADRE ....).


Antífona 2: Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Salmo 126
El esfuerzo humano es inútil sin Dios
Sois edificio de Dios. (1Co 3,9)
Si el Señor no construye la casa,

en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

(AL FINALIZAR CADA SALMO SE DICE: GLORIA AL PADRE ....).


Antífona 3: Él es el primogénito de toda criatura, es el primero en todo.
Col 1,12-20
Himno a Cristo, primogénito de toda criatura y primer resucitado de entre los muertos
Damos gracias a Dios Padre,

que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

(AL FINALIZAR CADA SALMO SE DICE: GLORIA AL PADRE ....).

Lectura Breve

Flp 2, 12b-15a
Trabajad por vuestra salvación con respeto y seriedad. Porque es Dios el que obra en

vosotros haciendo que queráis y obréis movidos por lo que a él le agrada. Hacedlo todo
sin murmuraciones ni discusiones, a fin de que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de
Dios sin mancha.

Responsorio Breve

V. Yo dije: “Señor, ten misericordia.”

R. Yo dije: “Señor, ten misericordia.”
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: “Señor, ten misericordia.”

Canto Evangélico

Antifona: El que practique y enseñe los preceptos del Señor será grande en el reino de los

cielos.
Magnificat Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Preces

Alabemos a Dios todopoderoso y providente, que conoce todas nuestras necesidades, pero

quiere ante todo que busquemos su reino; supliquémosle, pues, diciendo:
Venga, Señor, tu reino y su justicia.
Padre santo, que nos diste a Cristo como pastor de nuestras vidas, ayuda a los pastores y
a los pueblos a ellos confiados, para que no falte nunca al rebaño la solicitud de sus
pastores,
— ni falte a los pastores la obediencia de su rebaño.
Mueve a los cristianos para que con amor fraternal se interesen por los enfermos,
— y que en ellos socorran a tu Hijo.
Haz que entren a formar parte de tu Iglesia los que aún no creen en el Evangelio,
— y que, con sus buenas obras, la hagan crecer en el amor.
A nosotros, pecadores, concédenos tu perdón,
— y la reconciliación con tu Iglesia.
Aquí se pueden añadir algunas intenciones libres.
A los que murieron concédeles resucitar a la vida eterna,
— y morar eternamente contigo.
Invoquemos a Dios Padre con la oración que nos enseñó Jesús: Padre nuestro.

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

Oración

Penetrados del sentido cristiano de la Cuaresma y alimentados con tu palabra, te pedimos,

Señor, que te sirvamos fielmente con nuestras penitencias y perseveremos unidos en la
plegaria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

Conclusión


En el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario