La democracia presupone el cultivo de lo que no se pone a votación: la vida, la dignidad de la persona, la libertad de conciencia, la honda aspiración a la verdad, el bien y la belleza, la igualdad de derechos, la historia compartida como nación… Votamos porque no todo se vota.
Obispo auxiliar de Valladolid y Secretario general de la Conferencia Episcopal Española
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