Nos lo recuerda el Ritual de la Unción y de la Pastoral de Enfermos en su número 87:“Todos los cristianos, participando en la solicitud y el amor de Cristo y de la Iglesia hacia los que sufren, deben preocuparse con gran esmero de los enfermos y, según cada caso, visitarlos, confortarlos en el Señor y ayudarlos fraternalmente en sus necesidades”.
Alejandro Pérez Verdugo
Delegado diocesano de Liturgia
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