El domingo 12 de septiembre, se celebró el segundo día de los actos religiosos en honor a Ntra. Sra. de Guadalupe, lo que aún queda vivo de las fiestas populares del verano. Estuvo animada en el canto por el Coro Parroquial, que recibió por parte de nuestro párroco un agradecimiento e impulso en este curso pastoral, asumiendo nuevos retos, y siendo fuertes y valientes.
En la homilía dio tres claves que recogen la esencia del domingo:
1ª. Damos gracias a Dios por el don de la Fe que nos ha concedido. Pero esto no es suficiente. La misma ha de verse de manera operativa todos los días y en todos los momentos. La fe no es una cosa muerta. Es un regalo que urge hacerse caridad, servicio, entrega, perdón, consuelo, etc. Si eso no existe no hay fe, como nos indica el apóstol Santiago con toda rotundidad. Si nos da igual no visitar, acompañar y ayudar a una persona mayor o enferma. No hay fe. Si nos da igual acabar la Misa e irnos a casa y no ayudar a limpiar., aunque sea limpiar el asiento que ocupaste. Ahí no hay fe. Desde que se implanta en el corazón la venganza, la ira, el rencor, la envidia y no hay perdón, y esto se lleva a la confesión, ahí no hay fe.
2ª. "Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida". ¡Qué importante y necesario es caminar! Pero hacerlo juntos y no por separado. Desde que en una familia, colegio, barrio, parroquia, etc, se quiera caminar sólo esa persona preocupa y es un peligro porque caerá en la indiferencia, en el aislamiento, aumenta la individualidad, el desarraigo, etc.
3ª. ¿Quién soy Yo para tí?. Jesucristo formula esta pregunta que le importa más que lo que los demás digan u opinen de su persona y mensaje. A él le importas tú. ¿Por qué ? porque te ha dado la fe y quiere que con su ayuda crezca, madure y llegue a ser testimonio diario. Nuestros actos y comportamientos son los que dicen si Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios, o un entretenimiento, moda, costumbre o disfraz.
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