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domingo, 2 de octubre de 2022

Enamorados del Buen Pastor, enviados a enseñar, celebrar y vivir la Fe con misericordia en un mundo secularizado


Empezamos

"Si me amas, apacienta mis ovejas"

(Jn 21, 15-19). 

En la mañana del domingo 2 de octubre, la Comunidad Parroquial de Ntra. Sra. de Guadalupe, Toscal-Longuera, procedió a realizar dentro de la celebración de la Eucaristía, el Envío de los y de las Catequistas correspondientes al curso pastoral 2022-2023. 

 "Es muy necesario, y más en estos tiempos, marcados por la lejanía de la fe y de la comunidad, contar con verdaderos catequistas enamorados del Buen Pastor y dispuestos a manifestar que, con esta celebración, se hace visible el mandato explícito de la Iglesia de enseñar, celebrar y vivir la fe con misericordia y en un mundo secularizado" -exhortó nuestro párroco en la predicación-.

Damos las gracias a todas y cada una de las personas, que en el día de hoy, han respondido ¡Sí! al Señor, en el ministerio de catequistas. Gracias a toda la Comunidad Parroquial, por la oración,  la ayuda mostrada en los cantos, la liturgia, la limpieza, sacar las fotos, colocar y desmontar el Mercadillo de Cáritas, etc. 

Debemos pedir al Espíritu Santo, que, renueve su gracia en cada catequista, para que, se vean sostenidos por el Señor, que los llamó y los envía para el ejercicio de su ministerio.

¡Muchas felicidades!. ¡A pastorear y dejarse pastorear!.









Oración  por nuestros catequistas

Señor, haz que yo sea tu testigo, para comunicar tu enseñanza y tu amor. Concédeme poder cumplir la misión de catequista, con humilde y profunda confianza. Que mi catequesis sea un servicio a los demás, una entrega generosa y viva de tu Evangelio. Recuérdame continuamente que la fe que deseo irradiar, la he recibido de Ti como don gratuito. Ayúdame a vivirla con responsabilidad. para conducir a Ti a los que me confías. Hazme verdadero educador de la fe, atento a la voz de tu Palabra, amigo sincero y leal de los demás, especialmente de mis compañeros catequistas. Que sea el Espíritu Santo quien conduzca mi vida para que no deje de buscarte y quererte; para que no me venza la pereza y el egoísmo, para combatir la tristeza. Señor, te sirvo a Ti y a la Iglesia unido a tu Madre María; que como ella yo sepa guardar tu Palabra y ponerla al servicio del mundo. 

Amén.

San Juan Pablo II.

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