Fuente: aRCHIDIÓCESIS DE SEVILLA
Me llamó la atención, me hizo pensar y me dio alegría saber que se celebró el Primer Congreso de la Pastoral de las Personas Mayores con este titulo: “La riqueza de los años”. Vivimos en una sociedad que se valora tanto la juventud que se nos olvida lo que supone la riqueza de ser mayor. Ordinariamente la sociedad actual, la cultura actual, no aceptan a los ancianos.
Hoy me quiero fijar, siendo consciente de otras realidades, en lo positivo, en lo mucho que aportan los mayores, y que tenemos que agradecer y potenciar, tanto en la familia como en la sociedad, en la Iglesia, en la transmisión de la fe, en los voluntariados….Ellos acumulan la experiencia de la vida, por ejemplo, en los países africanos, la presencia de los ancianos es un gran valor.
Actualmente la mayor parte de la población de muchas naciones son los ancianos, pero estos abuelos y abuelas, están solucionando a las familias una gran ayuda cuidando a los nietos cuando sus padres trabajan, aportando económicamente cuando existe dificultades en la familia. También, en muchas ocasiones, los abuelos en la familia tienen una parte muy importante en la educación de la fe. Ellos la han vivido durante muchos años y les puede aportar sus vivencias
Conozco muchos voluntariados que se nutren principalmente de jubilados llenos de experiencia y saber. Ciertamente que es una ayuda grande la que aportan, pero es también una gran riqueza para el que la realiza porque le da sentido su vida.
El Papa Francisco les dijo al final del congreso:
“Hoy quisiera decirles que también los ancianos son el presente y el mañana de la Iglesia. Sí, son también el futuro de una Iglesia que, junto a los jóvenes, ¡profetiza y sueña! Por esto es tan importante que los ancianos y los jóvenes hablen entre ellos, es muy importante”
Con gozo traigo a mi corazón las palabras del salmo 92: “En vejez seguirán dando fruto” Es mi deseo para vivir siempre con ilusión la misión que Dios nos va dando en cada momento de la vida.
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