El sábado 7 de septiembre después de la Eucaristía nuestra querida imagen de la Virgen de Guadalupe salió por la puerta de su templo entre cascadas de fuego que iluminaron su dulzura y junto a la banda de tambores y cornetas de San Antonio, reinas de las fiestas, corporación municipal, feligreses y vecinos de todas las edades, partieron en su recorrido procesional hacia la parte del Toscal, Media Cuesta, Ladera, Asociación de Vecinos y vuelta al templo donde la recibió una preciosa Salve cantada en directo entre fuegos y aplausos.
A su paso por las calles fue recibida con emoción por todos los vecinos que adornaron su ventanas y balcones con cuelgas de la Virgen, numerosas ofrendas florales, generosos fuegos y cascadas de bengalas iluminaron el paso de nuestra querida Guadalupe.
En la Asociación de Vecinos se le regaló el precioso canto de Estrella de la Mañana interpretada por Rosi y que todos los presentes ayudaron a corear en su estribillo.
Para coger fuerzas la misma asociación ofreció un agradecido ágape para coger fuerzas y celebrar el cumple de nuestra Madre.
Durante la eucaristía nuestro párroco Alexis explicaba la celebración de la natividad de la Virgen María. El día 8 de septiembre la Iglesia celebra la fiesta de la Natividad de la Virgen; celebramos su nacimiento.
Aunque el Nuevo Testamento no ofrece datos sobre el nacimiento de la Virgen María, una tradición veneró su nacimiento desde mediados del siglo V, en el lugar de la actual basílica de Santa Ana, en Jerusalén. Es una fiesta entrañable para el pueblo cristiano, una invitación a la alegría, porque con el nacimiento de María Santísima Dios daba al mundo la garantía de que la salvación era ya inminente. Esta Niña, tal como anunció el profeta Isaías, es la Virgen que «está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel” (Is 7, 14).
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