Sólo el discípulo tiene la humildad de ponerse a los pies del Señor, en Cruz, Palabra o Sagrario, en el pobre y en el templo, en el silencio y a la intemperie para desde ahí ir a la misión.
Sólo el discípulo, además de creer, se fía plenamente de Cristo. Sólo el discípulo primero escucha y, luego, hace vida en la misión todo lo que recibe de Cristo Vivo, Eucaristía, Palabra, en oración o en diálogo, en comunidad, de los sencillos, bajo la acción del Espíritu Santo, lo dona, lo da, lo vive.
Sabemos que, en la comunidad creyente y en la sociedad, algunas personas no oyen, no escuchan, tienen una discapacidad auditiva, pero no quedan fuera de este lema. Son discípulos de la escucha, al leer y al ver qué les comunica Cristo Vivo, Su Palabra, la Iglesia. Son especialistas en la escucha del corazón.
En la celebración de la Eucaristía del Domingo 13 de Octubre se invitaba a cada catequista de nuestra comunidad a prepararse a vivir dicha celebración para que el compromiso que profesaron, lo cumplieran con responsabilidad y fidelidad, unidos siempre a Jesús, nuestro Maestro, Guía y Pastor, a la Iglesia y a todos nuestros demás compañeros catequistas.
Pidamos al Espíritu de Jesús, la luz, la sabiduría y la fortaleza para que lo que suscite en cada uno de ellos , y puedan llevarlo a buen término.
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