Ayúdame, Señor Jesús, a amarte,
para conocerte y seguirte
y así poder ser tu pregonero
en el mundo entero.
Ayúdame a amarte en cada acto
de mi vida,
en lo que haga y en lo que piense… siempre.
Perdón porque a veces mi amor
no es de todo corazón, perdóname
porque podría ser mi amor más grande.
Señor que en lo que haga y viva,
donde esté,
siempre te ame de verdad.
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