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jueves, 2 de abril de 2015

La Iglesia polaca, en crisis de identidad diez años después de la muerte de Juan Pablo II



Fuente Religión Digital
Diez años después de la muerte del carismático Juan Pablo II, el 2 de abril de 2005, la Iglesia polaca enfrenta nuevos desafíos. "La jerarquía eclesiástica sufre de la ausencia de Juan Pablo II. A la Iglesia polaca, dividida en varias corrientes, le falta más que nunca un liderazgo fuerte", consideró Marcin Przeciszewski, jefe de redacción de la agencia de prensa católica KAI.
Juan Pablo II "presidía la Iglesia universal, pero también era considerado como el jefe informal de la Iglesia polaca y, cuando era necesario, decidía en los temas difíciles", según recordó. Sin embargo, pese a esta observación, la situación de la Iglesia de Polonia sigue siendo relativamente buena en comparación con la de otros países europeos, que protagonizan una ola de secularización.
El sacerdote Wojciech Sadlon, del instituto de estadística de la Iglesia católica, señaló que en 2013 la tasa de participación en la misa dominical en Polonia, un país donde cuatro de cada cinco habitantes son católicos, fue del 39,1 por ciento. El porcentaje es alto en relación con otros países como Francia o Letonia, donde se sitúa en un 2 y 5 por ciento respectivamente. Además, en el país, hay 30.000 sacerdotes, muchos de los cuales descubrieron su vocación durante el pontificado de Juan Pablo II.
No obstante, en los últimos años, emergieron con fuerza varios movimientos anticlericales, como el partido de Janusz Palikot, que en 2011, mediante una campaña electoral contra la Iglesia, se convirtió en la tercera fuerza del Parlamento. También surgieron iniciativas cívicas contra el financiamiento del catecismo en las escuelas.
Para los polacos, creyentes o no, Karol Wojtyla fue una gran autoridad moral. Tras su muerte, la Iglesia polaca se "sintió amenazada y se radicalizó", sostuvo Jozefa Hennelowa, de 90 años, una amiga del fallecido pontífice y periodista de la revista católica Tygodnik Powszechny.
Por ejemplo, católicos radicales luchan para que se endurezca la ley antiaborto. Otros piden la prohibición absoluta de la fecundación in vitro. El episcopado advirtió a los diputados que votar a favor de ese proyecto implicaba "autoexcluirse" de la Iglesia.
Por otra parte, la Iglesia polaca se vio afectada por escándalos de pedofilia, el caso más espectacular fue el del arzobispo polaco Jozef Wesolowski, ex nuncio del Papa en la República Dominicana, que debe ser juzgado en el Vaticano.
El papa Francisco, que predica modestia y caridad, goza de una gran popularidad entre los fieles polacos, pero no es muy bien visto en la jerarquía clerical por ser "demasiado liberal, incluso marxista".
"La misión de la Iglesia polaca no puede limitarse a velar por la ejecución del testamento de Juan Pablo II. Hay que escuchar lo que dice el nuevo papa, Francisco", contrapuso Hennelowa, que señaló la expectativa con el viaje que el Sumo Pontífice debe hacer a Polonia en 2016.
Francisco participará en las Jornadas Mundiales de la Juventud que se llevarán a cabo en Cracovia, ciudad en la que Juan Pablo II fue arzobispo.
(RD/Agencias)

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