“Ninguna comunidad cristiana está constituida de forma permanente. Ninguna iglesia local está establecido plenamente. El Evangelio nunca está anunciado por completo. Nuestros corazones nunca estarán plenamente convertidos y salvados, si no en la plenitud de la resurrección. Por ello, la misión es el corazón de la fe, porque el movimiento del amor redentor de Dios no tiene fin. Cada Iglesia necesita de renovación, de rejuvenecer su corazón, porque cada uno de sus hijos está necesitado de conversión, cada una de sus hijas está necesitada de redención”.
Card. Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en su discurso pronunciado ante la Asamblea general de las Obras Misionales Pontificias (OMP), celebrada en Roma del 29 de mayo al 3 de junio.
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