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jueves, 23 de agosto de 2018

El 8 de septiembre de 2018, Festividad del Nacimiento de la Virgen María, cumple 29 años, la I Asamblea Diocesana de Tenerife, siendo Obispo D. Damián Iguacen Borau




El 8 de septiembre de 2018, Festividad del Nacimiento de la Virgen María, cumple 29 años, la I Asamblea Diocesana de Tenerife, siendo Obispo D. Damián Iguacen Borau. 

El lema elegido fue: "Una Diócesis, Verdadera Comunidad Cristiana, Evangelizadora, Misionera y Solidaria"

El obispo emérito de nuestra Diócesis, D. Damián Iguacen Boraudecía por aquel entonces a los presentes en el Discurso de Apertura de la Asamblea, del 29 de abril de 1989:

(...) "La Asamblea que iniciamos no es la panacea que quiere resolverlo todo y de una vez: tiene un objetivo muy concreto del que conviene no nos salgamos en nuestro diálogos: hacer de nuestra Diócesis una comunidad de verdad, cristiana, fraterna, misionera, evangelizadora, solidaria con las aspiraciones legítimas de nuestro pueblo"

(...) "El discernir en común estos días también irá creando entre nosotros comunidad para ser luego testigos de esto en nuestras comunidades. Para poder trabajar y convivir juntos, ¿tenemos que ser necesariamente todos de la misma edad, del mismo pensar, amigos?. No. De ninguna manera. ¿Cómo la carne y la sangre van a tener más fuerza que la fe común, la vocación común que todos hemos recibido del Señor?".


(...) " Es necesario un clima de libertad interior; somos libres, hijos de Dios con la libertad que Él nos ha dado; esta libertad interior que hace que cada uno se exprese y que sepa respetar. No podemos sentirnos coaccionados interiormente, ni esclavos de prejuicios, ni de apasionamientos; aquí nadie debe venir con consignas recibidas. Pero no podremos ser así libres interiormente, libres de corazón, si no somos pobres de espíritu; Hay que escuchar pacientemente los silencios, que a veces son más expresivos que las mismas palabras. Hay que crear un clima de amistad. Todos somos muy vulnerables, y esto sin aspavientos, sin espantarnos, sin abatirnos. Una vida en diálogo exige una continua purificación y un intento sincero de unión.  La unión no hay que aguardar a realizarla cuando estén superadas las diferencias y los problemas que puedan haber entre nosotros, sino que, a pesar de esos posibles problemas y diferencias, hemos de buscar con corazón sincero, y buscar juntos, aceptar a personas distintas que buscan comprometerse en la caridad, y caminar siempre juntos". 

(...) "Tenemos, pues, hermanos, una tarea hermosa. TENEMOS UN PUEBLO QUE MERECE TODA NUESTRA DEDICACIÓN Y ENTREGA Y QUE TIENE MUCHOS PROBLEMAS"

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