Se llamaba María. Es nuestro ejemplo y guía en el camino, a veces oscuro, de la fe; modelo de todo aquél que quiere crecer en el amor de Dios. Ella nos señala el camino y nos da ánimos para recorrerlo, acudiendo a nuestro lado incluso cuando no nos quedan fuerzas para llamarla.
(Regla de vida, Acción Católica General de Madrid)
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