Iglesia de creyentes maduros y corresponsables
La Iglesia necesita de todos y todos nos enriquecemos en este caminar en sinodalidad. Solo desde ahí podremos avanzar en algo que ya os escribía en mi última Carta Pastoral: «Los laicos sois Iglesia y debéis manifestarlo en vuestra vida cotidiana, en todas vuestras actividades en la sociedad y en el mundo. Me gustaría que cada uno de vosotros se preguntara de modo personal: ¿qué puedo yo aportar para que la Iglesia realmente refleje toda la belleza del Espíritu?» (pág. 11). Y os decía también: «La participación activa en la vida de la Iglesia sólo será efectiva cuando cada bautizado reconozca que el otro posee algo que él no posee y que sin embargo necesita, convirtiendo así las diferencias en bendición para todos y cada uno, y en un riqueza para la misión compartida» (pág. 12).
Sobre la madurez y la corresponsabilidad de los laicos hay unas palabras de Benedicto XVI, en la Asamblea de la diócesis de Roma (2009) que dice: «es necesario que se promueva gradualmente la corresponsabilidad de todos los miembros del Pueblo de Dios, en particular por lo que respecta a los laicos, pasando de considerarlos colaboradores del clero a reconocerlos realmente como corresponsables del ser y actuar de la Iglesia, favoreciendo la consolidación de un laicado maduro y comprometido».
Fuente: Archidiócesis de Burgos.
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