5 de OCTUBRE
El origen remoto de esta celebración litúrgica se encuentra en las fiestas que celebraban los agricultores romanos al comienzo de la recolección, de la vendimia y de la siembra. Desde muy antiguo, la Iglesia celebró las Témporas para santificar cada una de las Cuatro estaciones del año por medio del ayuno y la penitencia. Actualmente, celebradas sólo al terminar las vacaciones y las cosechas del campo, nos invitan a hacer una alabanza agradecida a Dios por todos sus dones recibidos (en la ciudad o en el campo) y pedir que él siga siendo nuestra luz y nuestro guía en este nuevo curso que ya hemos comenzado (tanto en la ciudad como en el campo): “Sed nuestra ayuda y protección, Señor. Ten en cuenta los humildes, levante los caídos. Danos paz y concordia, a nosotros ya nuestros familiares y conocidos “(St. Climent, a los de Corinto). “Señor, dame acierto a la obra de nuestras manos” (Sal 89).
No hay comentarios:
Publicar un comentario