La Secretaría para el Sínodo ha hecho pública la traducción oficial en español del Documento final del Sínodo sobre la Fe, lo jóvenes y el discernimiento vocacional, que tuvo lugar en Roma entre el 3 y el 28 de octubre. El documento es el siguiente.
INTRODUCCIÓN
PROEMIO
I PARTE. «CAMINABA CON ELLOS»
Capítulo I. Una Iglesia a la escucha.
Capítulo II. Tres ejes cruciales.
Capítulo III. Identidad y relaciones.
Capítulo IV. Ser jóvenes hoy.
II PARTE. «SE LES ABRIERON LOS OJOS»
Un nuevo Pentecostés. 
Capítulo I. El don de la juventud.
Capítulo II. El misterio de la vocación.
Capítulo III. La misión de acompañar.
Capítulo IV. El arte de discernir.
III PARTE. «AL MOMENTO SE PUSIERON EN CAMINO»
Una Iglesia joven. 
Capítulo I. La sinodalidad misionera de la Iglesia.
Capítulo II. Caminar juntos en la cotidianidad.
Capítulo III. Un nuevo impulso misionero.
Capítulo IV. Formación integral.
Conclusión.
INTRODUCCIÓN
El evento sinodal que hemos vivido
  1. «Derramaré mi Espíritu sobre toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, y vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños» (Hch2,17; cf. Jl 3,1). Esta es la experiencia que hemos hecho en este Sínodo, caminando juntos y disponiéndonos a la escucha de la voz del Espíritu. Él nos ha sorprendido con la riqueza de sus dones, nos ha colmado de su valentía y su fuerza para llevar la esperanza al mundo.
Hemos caminado juntos, con el Sucesor de Pedro, que nos ha confirmado en la fe y nos ha fortalecido en el entusiasmo de la misión. Pese a provenir de contextos muy distintos, desde el punto de vista cultural y eclesial, hemos notado desde el inicio que había una sintonía espiritual, un deseo de diálogo y una verdadera empatía. Hemos trabajado juntos, compartiendo lo que más nos importaba, comunicando nuestras preocupaciones, sin esconder nuestras fatigas. Numerosas intervenciones nos han conmovido y nos han llenado de compasión evangélica: nos hemos sentido como un único cuerpo que sufre y se alegra. Queremos compartir con todos la experiencia de gracia que hemos vivido y transmitir a nuestras Iglesias y al mundo entero la alegría del Evangelio.
La presencia de los jóvenes ha marcado una novedad: a través de ellos ha resonado en el Sínodo la voz de toda una generación. Caminando con ellos, peregrinos a la tumba de Pedro, hemos experimentado que la cercanía crea las condiciones para que la Iglesia sea un espacio de diálogo y testimonio de fraternidad que fascine. La fuerza de esta experiencia supera toda fatiga y debilidad. El Señor sigue repitiéndonos: No temáis, yo estoy con vosotros.
El proceso de preparación
  1. Las aportaciones de los episcopados han representado un gran beneficio, así como las de los pastores, religiosos, laicos, expertos, educadores y muchos otros. Los jóvenes han participado desde el inicio en el proceso sinodal: el cuestionario en línea, numerosas contribuciones personales y sobre todo la Reunión pre-sinodalson un signo elocuente de ello. Su aportación ha sido esencial, como en el relato de los panes y los peces: Jesús ha podido realizar el milagro gracias a la disponibilidad de un joven que ha ofrecido con generosidad todo lo que tenía (cf. Jn 6,8-11).
Todas las contribuciones se sintetizaron en el Instrumentum laboris, que ha constituido la base sólida para la discusión durante las semanas de la Asamblea. Ahora el Documento final recoge el resultado de este proceso y lo impulsa hacia el futuro: expresa lo que los Padres sinodales han reconocido, interpretado y elegido a la luz de la Palabra de Dios.
El Documento final de la Asamblea sinodal
  1. Es importante aclarar la relación entre el Instrumentum laborisy el Documento final. El primero es el marco de referencia unitario y sintético que deriva de dos años de escucha; el segundo es el fruto del discernimiento realizado y recoge los núcleos temáticos generativos sobre los que los Padres sinodales se han concentrado con especial intensidad y pasión. Por lo tanto, reconocemos la diversidad y la complementariedad de estos dos textos.
Ofrecemos este Documento al Santo Padre (cf. Francisco, Episcopalis communio, 18; Instrucción, art. 35 §5) y a toda la Iglesia como fruto de este Sínodo. Puesto que el camino sinodal todavía no ha terminado y prevé una fase de puesta en práctica (cf. Episcopalis communio, 19-21), el Documento final será un mapa para orientar los próximos pasos que la Iglesia tiene que realizar.
* En este Documento con el término “Sínodo” se refiere tanto al proceso sinodal como a la Asamblea general que tuvo lugar del 3 al 28 de octubre de 2018.