SALMO 15
El Señor es el lote de mi heredad
1Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
2yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
3Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
2yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
3Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
4Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
5El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
6me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
mi suerte está en tu mano:
6me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
7Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
8Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
hasta de noche me instruye internamente.
8Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
9Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
10Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
10Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
11Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
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