Belén Parroquial San Antonio de Padua. Puerto de La Cruz.
La vieja Europa, China y el Papa mismo son tres periferias que, por motivos diversos, tienen especialmente necesidad de oraciones. Y estas oraciones el Papa Francisco las pidió a los jóvenes obispos de los territorios que dependen de la Congregación para la evangelización de los pueblos.
Al recibir el 20 de septiembre, por la mañana, a los obispos ordenados en el último año que participan en un curso de actualización promovido por Propaganda Fide, el Pontífice les entregó el discurso preparado y –improvisando algunas palabras en respuesta a las del cardenal prefecto Filoni– habló de Europa, como «un continente un poco envejecido». Por eso pidió que «las Iglesias nuevas deben» sostenerla «con las oraciones y con la ayuda para que se pueda recuperar». La segunda periferia evocada por el Pontífice es China. «Debemos también rezar por la Iglesia de China, por los nuevos obispos de China» exhortó. «Oremos para que las cosas puedan ir bien y esta periferia pueda venir a encontrarnos a todos». Por último, la última «periferia» es el Papa mismo. «Orad también por mí», concluyó. Ya antes, el viernes por la tarde, había recibido en el aula Pablo VI a los participantes en un encuentro sobre la Evangelii Gaudium, destacando que la Iglesia debe ser «signo de cercanía, de bondad, de solidaridad y misericordia», sobre todo hacia las personas que sufren.
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