“En la juventud se aprende que en la vida nada es gratis. Debes mirar las metas, llegar a ellas. Gratuito solo es el amor de Dios, su gracia. Eso es gratuito porque Él nos amará siempre, siempre; pero para ir adelante se requiere el esfuerzo de cada día”, dijo el Santo Padre.
“No debemos cerrar los ojos ante las dificultades, sino rechazar aquellas cosas que te llevan a la mediocridad. Esta palabra, recuérdenla bien en el corazón: mediocridad”, alertó Francisco. “Un joven mediocre acabará siendo tibio. Ni frío ni caliente. Será tibio, sin gusto, sin nada, sin haber luchado”, agregó.
Fuente: Aciprensa.
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