Los católicos que peregrinan en el barrio Toscal-Longuera, preparan ya su X Semana orientada a Jesús en la Eucaristía. Centro y culmen de la actividad pastoral en todo momento en la vida del cristiano y de la parroquia misma.
Salutación.

Al que arriesga, el Señor no lo defrauda
Queridos hermanos:
Jesús reunido con sus apóstoles en la última cena instituyó el sacramento de la Eucaristía: “Tomen y coman; esto es mi cuerpo…” (Mt, 26, 26-28). De esta manera hizo partícipes de su sacerdocio a los apóstoles y les mandó que hicieran lo mismo en memoria suya. Así a lo largo de estos 52 años de historia, nuestra Comunidad Parroquial, ha venido celebrando con fe la Cena del Señor. De cada uno de nosotros debe brotar generosamente el ansia de frecuentar la Eucaristía, fundamentalmente el domingo "Día del Señor". También es de suma importancia cultivar el hábito de tener una intimidad personal con Cristo en el Sagrario de nuestro templo parroquial y con nuestra Madre la Virgen de Guadalupe.
Hoy día de la Solemnidad del Corpus Christi, nuestras alfombras y decoraciones, no son el centro de la celebración. Lo es Cristo. Lo es la convivencia realizada, el compartir entre nosotros, las risas, los recuerdos, la experiencia de fe. Él nos habla de amor al pobre, de servicio y de humildad. La humildad nace cuando en vez de hablar, escuchamos, Cuando dejamos de ser el centro para poner el corazón en la vida de los otros. Es por eso que debemos lavarnos los pies los unos a los otros. Perdonar, consolar a los tristes y enfermos, unir, dar esperanza, sembrar comunión, ilusión y fraternidad. Eso es tener el ansia de frecuentar la Eucaristía.
Llevamos al verdadero Hijo de Dios, presente en la figura del pan, por las periferias y calles de nuestro barrio Toscal-Longuera. Con este gesto encomendamos estas casas, estas familias, nuestra vida diaria, nuestros quehaceres y nuestra conversión a su bondad, porque sabemos que quien se arriesga, el Señor no lo defrauda. Él nunca abandona a su pueblo. Lo pastorea, va delante, lo protege, lo alimenta y lo lleva hasta el Padre.
Sigamos confiando en el Señor y no nos olvidemos nunca de seguir siempre hacia Adelante detrás del Buen Pastor.
Gabriel Benítez Pérez
Cura- párroco
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