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sábado, 17 de agosto de 2019

Oración por la Vocaciones


«Señor Jesucristo, tú qué sabes de construir nuevos horizontes y
abrir caminos en el desierto, concédenos la gracia de agudizar
nuestros sentidos, para profundizar en la fe, no decaer en la esperanza
y perseverando en el ejercicio de la caridad, lleguemos a
ser verdaderos testigos de tu amor misericordioso para nuestros
hermanos; Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos, amén».

«Dios Padre misericordioso, tú que de tantas formas hablaste a
tu pueblo a través de la vida de tus profetas y que llegando a
su plenitud nos hablaste por medio de tu Hijo Jesucristo, haz
que, fieles a la llamada recibida, nuestras vidas pronuncien una
respuesta concreta y definitiva como la de Jesucristo, seamos
anunciadores y constructores de tu Reino en medio nuestro, por
Jesucristo, nuestro Señor, amén»

«Espíritu Santo, Amoroso, inflama nuestros corazones en el deseo
ferviente de ser puentes de unidad, que lleven a nuestros hermanos
un mensaje de esperanza y de gozo, a través del cual muchos
otros lleguen al conocimiento de la Verdad y al descubrimiento
de su propia vocación y misión para estos tiempos. Tú que con el
Padre y el Hijo eres un solo Dios, atiende nuestra súplica. Amén».

«Oración Padre amoroso, constructor admirable, de tus manos han brotado la belleza, los colores, la armonía, sellando cada una de tus obras con el fuego de tu Amor, tú que nos creaste a tu imagen y semejanza, concédenos la gracia de ser artesanos de tu proyecto de vida en nuestras vidas. Dirige nuestros pasos y miradas por los senderos de las virtudes que hoy contemplamos, haznos salir de nuestras pasividades y comodidades, para ir al encuentro de nuestros hermanos, que lo hagamos con valentía, asumiendo riesgos. Queremos depositar en ti nuestra confianza y poder descubrir como Jesús en la sinagoga de Nazareth nuestra misión en la vida y poder seguirla con alegría, sin demora. 
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor».
«Oh, Jesús, eterno sacerdote, no dejes de enviar nuevos sacerdotes y consagrados a tu Iglesia, pastores según tu corazón. Necesitamos ministros de tu gracia y de tu amor. Ellos nos consuelan en tu nombre, alimentan nuestra esperanza, robustecen nuestra fe, aumentan nuestro amor; los necesitamos, Señor, porque te necesitamos a ti, porque necesitamos tu amor; no nos dejes solos, Señor. Envía obreros a la mies del mundo; envía pescadores que nos atrapen en las redes de tu misericordia; envía, te lo rogamos con humildad y confianza, pastores según tu corazón. La mies es mucha, los obreros pocos: envía, Señor, obreros a tu mies.
Te lo pedimos, por Cristo nuestro Señor. Amén».

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