
El Papa nos recuerda que “el compromiso de los cristianos en la vida ordinaria de cada día, no consiste sólo en iniciativas de asistencia. La condición que se pone a los discípulos del Señor Jesús, para ser evangelizadores coherentes, es sembrar signos tangibles de esperanza”. En Cáritas Parroquial y Diocesana tenemos los medios y programas necesarios “para dar cuerpo y efectividad al anuncio de Reino de Dios”, de modo que hagamos realidad lo que Jesús indicó con su parábola: Que Dios “no es indiferente a la suerte de sus hijos más débiles”.
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