ORACIÓN
Señor, Tú te fijas en la anciana
que echa una monedita,
en el que ora en el último rincón del templo
en el que es más sencillo y más pequeño
y nosotros, mientras,
queremos parecer grandes,
importantes, los mejores, los principales.
Haznos, Señor, personas fraternas,
que se saben pequeñas y grandes
al mismo tiempo,
que aceptan sus deficiencias
como algo humano,
que reconocen sus carencias
y sus necesidades
y que saben que dependen de los demás,
igual que los demás necesitan de ellos.
Haznos como Tú, Señor,
pequeños por fuera
pero muy grandes por dentro. Amén.
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