Es imposible ser cristiano
y ser aceptado con naturalidad
por la sociedad,
porque ser de los tuyos, Señor,
es ser signo de contradicción;
es denunciar la manera de vivir
que tenemos,
por las desigualdades que genera,
por los vacíos interiores que provoca,
por la cantidad de perdedores
que deja en la cuneta,
porque rompe la igualdad y el encuentro,
porque destruye la familia y la amistad.
El que quiera seguirte, será criticado,
como Tú,
sentirá el rechazo de los suyos,
la desaprobación de los que viven cómodos
la ironía de los que viven instalados…
Porque Tú desinstalas, Señor.
Tú haces vivir en el abandono más total.
Tú te cuelas en el horario de uno
y le vas metiendo personas y situaciones,
de forma que su vida no sea suya,
sino una historia entregada y regalada,
como lo fue la tuya entera.

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