Festejar. Parroquias en Red Misionera
Las Comunidades Parroquiales de Ntra. Sra. de Guadalupe, Toscal-Longuera, Los Realejos y San Antonio de Padua, en el Puerto de La Cruz, dedicaron la tarde del domingo 8 de marzo 2020, de 17 a 19:30 horas, al XI Retiro Inter-Parroquial de Cuaresma 2020.
Antes del inicio nuestro párroco volvió a recordar las orientaciones de la Conferencia Episcopal Española, en referencia al coronavirus, para posteriormente remarcar los textos en los que que iba a meditar, el silenciado de los móviles, la ubicación del baño, el silencio interior y exterior, así como la presencia de café, chocolate, agua, dulces, etc para las personas que lo precisaran en algún momento de las dos horas y media de duración del Retiro propuesto y dirigido por nuestro párroco como en ediciones anteriores.
Hay que recordar que los retiros a lo largo de estos 11 años de pastoral, son Inter- parroquiales, para propiciar el encuentro entre los fieles de ambas parroquias, limar asperezas, hacerles salir de su zona de confort y romper las tentaciones de encerramiento en los grupos olvidándo que somos una única Iglesia en Cristo Jesús.
El lema del retiro fue: "Perdonar 70 veces 7".
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 18, 21-35
Se acercó Pedro y dijo a Jesús: “Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?”
Jesús le respondió: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: «Dame un plazo y te pagaré todo». El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: «Págame lo que me debes». El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: «Dame un plazo y te pagaré la deuda». Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: » ¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?» E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos”.
Palabra del Señor.
Dios es quien nos ofrece el perdón, su ofrecimiento es para toda la vida, y en cualquiera de las circunstancias, el perdón es un ofrecimiento total de Dios.
Perdonar. Hay gente que dice: “¡Perdono, pero no olvido!” ¿Y yo? ¿Soy capaz de imitar a Dios?.
¿A qué Cristo estoy siguiendo yo?. ¿Por quién estoy en la parroquia?, preguntas que formuló nuestro párroco a los asistentes. ¿Voy a seguir con el mismo comportamiento de tratar a los hermanos de la parroquia con soberbia, con ingratitud, cargando cada día el rencor de años, que se va acumulando como si se llevaran piedras en una mochila?. ¿Venir a la parroquia es un entrenimiento, o por fin he descubierto que Dios me ha llamado a anunciar el Evangelio y eso pide desprendimiento, generosidad, compartir la fe con los demás, entrega incondicional, humildad, sencillez etc?. ¿Aún tengo la fe infantil de quedarme en las imágenes, en las personas y en las cosas y agarrarme a eso?.
También abordó la problemática y las fobias que los católicos tienen al sacramento de la Reconciliación. Un temor aún más grande que al coronavirus. Y les dijo que algo no cuadra en esa fe que dicen tener: ¿Cómo es posible que crean que Cristo está en esta Hostia expuesta ahora en el altar, y no crean que Cristo es quién te acoge, consuela y perdona en el Sacramento de la Reconciliación?.
¿Qué le ocurre a tu fe?. ¿En verdad crees en Cristo? ¿De verdad que para ti lo más importante es el qué dirán, la vergüenza al confesarte u otra cosa?. ¿Eso es más importante para ti que VOLVER A LA CASA DEL PADRE Y DESCUBRIR SU MISERICORDIA INFINITA?
¡Que pobre es tu Fe!. Si Dios nos perdona también nosotros lo debemos practicar. Pero si primero no te reconoces pecador. No reconoces tu rencor, tu enfado, tus errores y pides perdón, es muy difícil bajarte de esa montaña de soberbia en la que te encuentras.
¡Bienaventurados los Misericordiosos porque ellos alcanzarán Misericordia!.



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