Cristina Massó, superiora de la Casa de las Religiosas de la Asunción en Tegueste, escribió este testimonio para las redes sociales municipales:
«La vida es bonita, es bella y es un regalo un don de Dios. Desde la fe y desde mi ser de religiosa, está en manos de Dios. La velocidad, la rapidez de nuestra vida se nos ha parado y te tienes que preguntar, cómo vivir ese don, cómo hacer esta experiencia desde lo más profundo de tu corazón, experiencia que te ayude a crecer, a madurar a ser más persona de fe.
Uno aprende que la vida en el día a día está llena de muchas y variadas actividades. Y es cierto que siempre suspiramos, “no tengo tiempo de leer”, “ni de rezar” “veo poco a los míos”. Y en este momento el Señor, me regala, nos regala, de nuevo la vida con todas esas posibilidades.
¿Cómo hacer? Dedicar tiempo a la oración, El papa Francisco nos lo está comunicando… dedicar tiempo a leer, a reflexionar, a abrir los horizontes, a tener criterios ante acontecimientos, y sobre todo a dedicar tiempo a los tuyos, a esa vida de familia, de atención a los hijos, a la comunidad… eso significa que hay que aprender a reestructurar el tiempo y optar por todo aquello que me lleve a la comunión profunda con los míos, y especialmente con Dios.
Al cesar ese corre-corre, dedicas tiempo a descubrir y a potenciar tus relaciones. Cuantos Email, WhatsApp se están cruzando. Cuánta atención a unos y a otros. Volver a reanudar relaciones… Cuánto descubrimiento ante personas por su entrega, su agradecimiento, su quehacer con los demás.
Todo eso entra para mí en el aspecto positivo de esta situación. Ver con otra mirada la vida de cada día, dar tiempo a lo que realmente merece la pena y nos llena. Que nada ni nadie nos arrebate esa entrega de amor de un Dios que se dio para darnos la Vida»
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