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miércoles, 13 de mayo de 2020

El Templo Parroquial una verdadera catequesis al alcance de todos



Pablo VI dijo en el discurso dirigido a los artistas, con motivo de la clausura del Concilio: “este mundo, en el cual vivimos, necesita belleza para no precipitar en la desesperación. La belleza, como la verdad, es lo que infunde alegría en el corazón de los hombres… Recordad que sois custodios de la belleza del mundo». En todo aquello que suscita en nosotros el sentimiento puro y auténtico de lo bello, está realmente la presencia de Dios: la belleza de las cosas es un camino para llegar a contemplar el Misterio de Dios. Muchos templos, cargados de arte, son expresión de la devoción de los fieles que quieren dedicar lo más hermoso a Dios: queremos que la casa de Dios –que es el hogar de todos sus hijos- esté digna y acogedora.

El sagrario



Al entrar en el templo,  nuestra mirada se dirige hacia al Presbiterio. En el centro, el Sagrario concita nuestra atención: en él, el Señor nos aguarda.

El altar

El altar, en el que celebramos nuestra fe, es una invitación a participar en la Eucaristía.




El ambón de la Palabra

Este atril sobre el que se posa el Leccionario es el púlpito desde el que se proclama la Buena Noticia del Evangelio. En cada Eucaristía se proclama la Palabra de Dios.



El Cirio Pascual

Junto a él, el Cirio Pascual es signo de Cristo resucitado, la única y definitiva Palabra de Dios. Este cirio, bendecido en la Vigilia Pascual, nos preside en las celebraciones del Tiempo de Pascua y en las celebraciones del Bautismo.
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La Sede

Desde este sillón más significativo, la Sede,  nos preside el sacerdote, que representa a Cristo, la cabeza del Cuerpo Místico que formamos la Iglesia.
El sacerdote preside en la caridad a la comunidad parroquial, animando las tres grandes acciones de la Iglesia: la Catequesis, la Liturgia y celebración de los Sacramentos y el ejercicio de la Caridad.



Capilla del Bautismo

Por el Bautismo formamos parte de la Iglesia. Es la “puerta del templo”. Somos bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Es un lugar de veneración.    Estamos invitados a visitar la pila de nuestro Bautismo,  y renovar las promesas del Bautismo.



Capilla de la Reconciliación

El Sacramento de la Penitencia nos reconcilia con Dios y con la comunidad. Todos somos pecadores y cada uno necesita ser perdonado. Dios nos ofrece su gracia en la celebración personal de este Sacramento.
Los tiempos de Adviento y de Cuaresma son tiempos penitenciales. En ellos, toda la comunidad invoca el perdón y celebra individualmente el Sacramento dela Reconciliación.




Memoria viva del templo










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