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domingo, 7 de junio de 2020

Introducción a la Memoria Inter- Parroquial de Cáritas 2019- 2020


Festejar. Parroquia en Red Misionera.



Depositamos en tus manos un documento que es algo más que papel y letras. Se trata de una historia de amor, entrega, sacrificio, ilusión y perseverancia de unas Comunidades Parroquiales, -las nuestras-,  que aunando oración, celebración de la Eucaristía, corrección fraterna, esfuerzo humano, creatividad y amor intenso a Cristo, fundamento de toda la vida pastoral en la Iglesia, realizan la labor socio-caritativa de la Iglesia Católica, haciendo presente el Evangelio en la acogida, el reparto de los vales de alimentos, la resolución de conflictos, la coordinación interna y externa, pero sobre todo que tiene muy presente que en el centro de la atención debe estar la persona, que como nos dijo el Papa San Juan Pablo II, en el número 14 de su primera Encíclica Redemptor hominis, "El ser humano es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misión, Él es el camino primero y fundamental de la Iglesia, camino trazado por Cristo mismo, vía que inmutablemente conduce a través del misterio de la Encarnación y de la Redención". 
Una hermosa historia de amor -no exenta de dificultades, traiciones, deslealtades, intereses, etc-, pero tocada por Dios. Y cuanto es tocado por la Misericordia de Dios habla de Redención y Santificación. 
El presente curso pastoral 2019- 2020, marcado fundamentalmente por nuestro lema: Festejar. Parroquia en Red Misionera, llega a su fin. Y paulatinamente cada uno de los grupos parroquiales pertenecientes a ambas Comunidades Parroquiales de Ntra. Sra. de Guadalupe (Toscal-Longuera. Los Realejos) y San Antonio de Padua (Puerto de La Cruz), de forma corresponsable, dejan constancia de lo que ellos han propuesto y Dios ha dispuesto a lo largo de estos nueve intensos y entregados meses marcados siempre por la esperanza y la entrega al Señor en fidelidad en la Iglesia Católica
Cáritas Inter- Parroquial es uno de ellos, reflejo de la diaconía, de la disponibilidad a estar siempre en un servicio orante, constante, organizado, corresponsable e integrado en la vida de la Iglesia. Ser Cáritas es ser Iglesia. Ser Cristiano es ser Cáritas. Se trata de llevar adelante la tarea o misión que Cristo mismo depositó en las manos de su Iglesia, la que el Concilio Vaticano II, en Lumen Gentium número 1 definió bellamente: " la Iglesia es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano", nunca se nos debe de perder de vista este planteamiento. Somos un instrumento o herramienta, por el que Dios llega a los hombres y a las mujeres de este tiempo en nuestros barrios de Toscal-Longuera y de San Antonio de Padua. De ahí que la herramienta debe estar bien limpia y en condiciones óptimas para poder ser empleada para el fin que Dios ha propuesto. De ahí la necesidad como ya he planteado en muchas ocasiones, y se encuentra escrito en la salutación del programa parroquial del Corpus Christi 2020, "¡no podemos estar perdiendo el tiempo, las fuerzas y las capacidades en mediocridades!. Hemos de centrarnos en nuestra tarea prioritaria: Anunciar el Evangelio con obras y con palabras. Es hora de mostrar al mundo que somos el instrumento elegido por Dios para hacer presente el Evangelio en el "aquí y en el ahora de nuestros barrios". Pero para eso es necesario antes contar con personas valientemente enamoradas del Señor y centradas en Él. Una fe de papel que se arruga ante una debilidad, ausencia, traición, etc,  no sirve para mostrar al mundo la Luz de Cristo. HOY MÁS QUE NUNCA SE NECESITA ENTREGA Y TESTIMONIO DIARIO POR CRISTO. 
Aprendamos de María, Nuestra Señora de Guadalupe, ya que, a lo largo de estos 53 años de vida parroquial, nos ha seguido mostrando con valentía y esperanza el camino esencial: Cristo y en Cristo a los hombres y a las mujeres a los que debemos socorrer, escuchar, acompañar, alentar y anunciar el Evangelio. Y del valeroso San Antonio de Padua, porque en estos 57 años de vida parroquial, ha predicado siempre los aspectos señeros en la vida parroquial: renovación, comunión y misión. 
Un CREYENTE todo lo puede, lo digo de nuevo, todo lo puede, en CRISTO, que lo fortalece. Ahora la cuestión es: ¿Está Cristo en mi vida?, ¿Dejo que esté en mi vida, pensamientos, dudas, errores, proyectos, fracasos, en la familia y en las horas más delicadas de la vida en una persona como son la ancianidad, la enfermedad, o la muerte?
Los cristianos que viven su fe, la celebran, la comunican a los demás y la viven, crecen y se forman atravesando tormentas, pruebas y todo tipo de pendientes en tiempos difíciles, sin abandonar la esperanza en su Señor. Él es su brújula. Necesitamos una parroquia que RESISTE, INSISTE Y PERSITE en su tarea realmente importante: LA EVANGELIZACIÓN. ¿Cuento con ella?".

Recibe con alegría y cariño el presente documento, conoce por dentro lo que la Iglesia Católica ha desarrollado en el silencio de estos nueve meses, en los que ha estado trabajando duramente por estar cerca del Cristo sufriente, en la calle, enfermo y desahuciado. La iglesia nunca ha cerrado las puertas de la acción socio- caritativa, ni antes, ni ahora, ni después, porque es el instrumento, el sacramento que Dios ha elegido.  Ella existe para Evangelizar, es su misión y tarea esencial, como bien lo recuerda el Papa San Pablo VI en la Exhortación Apostólica "Evangelii Nuntiandi número 14: " Ella tiene viva conciencia de que las palabras del Salvador: "Es preciso que anuncie también el reino de Dios en otras ciudades, se aplican con toda verdad a ella misma. Y por su parte ella añade de buen grado, siguiendo a San Pablo: "Porque, si evangelizo, no es para mí motivo de gloria, sino que se me impone como necesidad. ¡Ay de mí, si no evangelizara!". Con gran gozo y consuelo hemos escuchado Nos, al final de la Asamblea de octubre de 1974, estas palabras luminosas: "Nosotros queremos confirmar una vez más que la tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia"; una tarea y misión que los cambios amplios y profundos de la sociedad actual hacen cada vez más urgentes. Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa Misa, memorial de su muerte y resurrección gloriosa.

Crezcamos en la voluntad de Dios y sigamos adelante, sí , vuelvo a repetirlo, adelante con esperanza y sembrando la Palabra de Dios en cada acción, gesto y planificación pastoral. 

Gabriel Benítez Pérez
Cura- párroco.
Responsable de la labor pastoral de toda la Comunidad Parroquial de Ntra. Sra. de Guadalupe y San Antonio de Padua. 

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