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martes, 8 de septiembre de 2020

Los católicos no podemos perder el sentido profundo de una fiesta en honor a la Virgen María, indicó el obispo de la Diócesis de Tenerife, en la festividad de Ntra. Sra. de El Socorro en Güímar.




Foto de Elena Díaz. 

El Obispo de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, D. Bernardo Álvarez Afonso, presidió y predicó la Eucaristía principal, del día 8 de septiembre de 2020, en el Templo Parroquial de San Pedro Apóstol, municipio de Güímar, que en estos días venera a la Santísima Virgen María en su advocación entrañable y bella de Ntra. Sra. de El Socorro. 

Durante la homilía, indicó a los presentes y a quienes siguieron la celebración por facebook de las Comunidades Parroquiales de Güímar, y por la emisora local, Radio 6 Tenerife, lo siguiente: 

"El Señor nos conoce y sabe lo que sentimos cada uno de nosotros en estos momentos de contexto histórico del Covid- 19 en plena fiestas de la Virgen María. Estas cosas que nos toca vivir, nos vienen bien,  porque corremos el peligro - y no digo todos- , yo se que la gran mayoría de la gente somos auténticos y verdaderos devotos de la Virgen María. Me impresiona siempre  la celebración de la Eucaristía del día 7 de septiembre, a las 06 horas de la mañana, la cantidad de gente que se reúne para agradecer a la Virgen, ella es nuestro Socorro, nuestro auxilio. Hay muchísimas personas en la isla de Tenerife que tiene gran devoción a la Virgen María en esta imagen de Ntra. Sra. de El Socorro. Pero hay muchas veces, que hay gente que está por la decoración, por lo externo. Más pendientes de los actos externos que de la vivencia profunda de la fe. Los católicos no podemos perder el sentido profundo de una fiesta en honor a la Virgen María, una bajada, un canto, o una peregrinación. Todo es honor a la Virgen María, no en honor nuestro. María la honramos porque fue fiel a la Palabra de Dios. Debemos imitarla. Este es el verdadero culto a la Virgen y eso luego lo expresamos con un baile, con una procesión... 

La Virgen María no es una imagen. Es una mujer viva, que vivió en este mundo como cualquier mujer, y que fue llevada en cuerpo y alma al cielo. Y desde allí como mujer viva que es,  desde su Hijo, sigue acompañándonos". 

Nos servimos para invocarla a través de una imagen. La imagen me recuerda, y hace que yo piense en la Virgen María, hablar con ella y relacionarnos con ella. Le expresamos nuestra gratitud, con unas flores, con una fiesta, con un baile, pero porque reconocemos en ella a la Madre de Dios y Madre nuestra". 

Dios, desde que envió a su Hijo al mundo, nos mostró que no hace las cosas de manera automática sino contando con nuestra libertad. 
Por eso a María la elige como un medio para hacerse hombre, y le pide consentimiento. Y María dice, !Aquí estoy, cuenta conmigo para lo que necesites!. Dios hace los milagros a través de nosotros!. Dios siempre cuenta y respeta nuestra libertad. Nos necesita como necesitó a la Virgen María



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