"Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra" .
(Colosenses 3, 2).
La Comunidad Parroquial de Ntra. Sra. de Guadalupe, en Toscal-Longuera, Los Realejos, ha procedido a realizar dentro de la celebración de la Eucaristía, del Domingo día 11 de octubre, a las 12 horas, el Envío de los Catequistas para este curso pastoral 2020- 2021.
En la homilía, nuestro párroco, indicó a los presentes, que hoy descubrimos quienes son los catequistas y le damos las gracias a Dios por llamarlos. Y a ellos, les damos las gracias por responder generosamente. Pero ¿sabemos cómo se debe cuidar un catequista para ser fiel a la llamada recibida?. Hay tres aspectos que deben cuidar cada día:
1º. Amor sincero y profundo a Cristo. El Apóstol nos dice en la segunda lectura, que "Todo lo Puede en aquel que le conforta". El catequista es discípulo primero y ha de seguir al Buen Pastor buscando el silencio y el recogimiento. Buscando "cada día" la llamada y renovarla ante la oración. Se conoce enseguida al catequista que "gusta al Señor", y al que sabe muchas cosas teóricas del Señor, "pero no le ha gustado". ¡Ojo queridos catequistas!. La oración y la lectura de la Palabra de Dios, que anunciáis en la catequesis, debe pasar primero por vuestros corazones.
2º. Amor cercano y generoso a la Iglesia, en su concreción más cercano que es la parroquia. No hay parroquias perfectas. Dios te ha puesto "aquí", y es porque estás llamado a hacer de ella "un banquete", donde brille la libertad, la fraternidad, la confianza y la corresponsabilidad. Quien se pelea y no dialoga, o critica, difama, "hace grupitos", destruye. No ama ni a Cristo ni a la Iglesia. Quien ama a Cristo no maltrata su Cuerpo Místico que es la Iglesia.
3º. Amor vivo a la Santísima Virgen María y a la Eucaristía. Son dos pilares fundamentales en mi vida como cristiano y como sacerdote. La Madre de Dios, nos fue entregada al pie de la Cruz, y no forma parte de un apéndice, sino que está en la identidad del cristiano y este la ha de acoger y recibir en su casa cada día. ¡Cuánto más un catequista!. La persona que siembra a María en su corazón cosecha a Cristo en su vida. Y estará cerca de Cristo. Quien quiera ir al Señor sin la Virgen, no lo alcanzará nunca. Agradezco a las personas que en familia rezan el Santo Rosario, padre, madre, hijos, sin duda un gran regalo, que la Virgen les está dando para acercarles "a pesar de las dificultades inherentes a cada uno", al verdadero Pastor y dueño de nuestras vidas. Cristo mismo nos invita a formar parte del REINO DE DIOS. Se excluye el que no tiene un CORAZÓN DISPUESTO A AMAR Y A SER AMADO.
La Eucaristía, es el verdadero alimento de nuestra fe. No ha de faltar nunca, si realmente queremos que nuestro ser, hacer y saber hacer, tenga el sabor de Cristo. La Eucaristía bien celebrada, adorada y vivida, nos da paz, nos fortalece y centra nuestra misión en el Señor. Nuestro débil corazón en este sacramento vuelve a recuperar las fuerzas desgastadas y a renovar la vocación que le fue confiada. ¡Ojo querido catequista!, sin la Eucaristía diaria o dominical estás desorientado.
Cada catequista recibió como regalo:
* Carta Pastoral a los catequistas.
* Oración atribuida a San Francisco de Asís, Hazme Instrumento de tu Paz.
* La vela. Esta tiene la forma de rosa en recuerdo de las que Juan Diego recogió en su ayate o tilma y de la que nace la Santísima Virgen María en su advocación de Ntra. Sra. de Guadalupe. Cuya advocación la debemos tener muy presente y recurrir a ella. En estos días, encender la vela y rezar por el compañero catequista que les ha tocado.
* Unas calabazas porque todos debemos tener la semilla de la fe. Esa calabaza, si no recibe cuidado y es cultivada con amor, no saldrá nunca. De la misma manera, cada catequista, ha de cuidar y cultivar a los padres y catequizandos que el Señor, el Hijo de nuestra Madre la Virgen, les ha encomendado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario