«Todos experimentamos la atracción de lo bello, pero ¿Qué es la belleza? ¿Es algo objetivo o subjetivo? ¿Esta solo en el ojo de quien mira, o sea depende solo de su gusto relativo o hay criterios objetivos de juicio estético?
En estos tiempos de confusión y crisis, pareciera que ya no importa este tema o ha sido reemplazado por un concepto hipersubjetivo. Nos dirán que la belleza ya no se puede ni definir, ni explicar, ni valorar, ni tampoco compartir, porque cada uno la "siente" de modo diverso o es una construcción cultural del patriarcado hegemónico.
Sin embargo cualquier persona normal y con sentido común se da cuenta de que hay cosas bellas y otras que no, que compartimos criterios comunes que aún son válidos, mediante los cuales podemos juzgar objetivamente las obras de arte.
Durante toda la historia del pensamiento y la cultura ha sido un tema esencial para el desarrollo integral del ser humano y una nota distintiva de aquella disciplina que llamamos "bellas artes".
Delante de esta grave crisis de sentido e identidad, de post-verdad y post-ética, es importante volver a los principios universales y perennes.
Por eso, analizamos este importante tema de la mano de santo Tomás de Aquino, quien de modo genial nos transmite toda la tradición clásica y milenaria, y nos ilumina con aclaraciones siempre sólidas y válidas».
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