La Jornada Mundial de Oración por la propagación de la Fe, DOMUND, en la Comunidad Parroquial de Ntra. Sra. de Guadalupe, se ha experimentado con la celebración de la Eucaristía correspondiente al Tiempo Ordinario trabajando las claves de la escucha, la compasión y el redescubrimiento de la fe.
Reflexionando en torno al evangelio del día, podemos seguir a Jesús, amarlo profundamente, pero sin darnos cuenta, asumimos actitudes en la vida, que son -barreras o muros- para el encuentro de las personas con el Señor, como ocurre entre los seguidores de Cristo en el evangelio y el propio ciego. Hay más cegueras de las que aparentemente se ven. La ceguera de la rabia, la envidia, creerse superiores a los demás, convertidos del todo... ¡Qué importante es la actitud del ciego!. ¡No se cansa y no se corta a pesar del -qué dirán- o de que lo manden a callar. El con más insistencia dice: ¡Oye Jesús, estoy aquí, Hijo de David, estoy aquí, ten compasión de mí!. ¡Qué oración tan sencilla y tan profunda!.
Jesús se detuvo para hacer ver que las cegueras profundas son las que a simple vista no se aprecian. Con Cristo se recupera el ardor de la fe, la esperanza y la caridad. ¿Qué quieres que haga contigo? ¡Maestro que pueda ver!. ¡Maestro que tenga fe!. Ojalá esa sea nuestra petición en cada momento: ¡Señor que pueda verte, en la vida, en los problemas, en las personas! Y que esté pendiente de las personas que están en las periferias, los desechados de los bordes de los caminos. ¡Tu fe te ha salvado!.
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