Apacienta a mis Ovejas
El primer sábado de marzo, al finalizar la celebración de la Eucaristía, el equipo de Cáritas, mostró en esta Cuaresma, las actuales circunstancias por las que atravesamos en el mundo aportando soluciones desde el Evangelio y mostrando las múltiples maneras de afrontar un desafío. Porque ante un problema, -el que sea-, la solución no es esconderse, cortar por lo sano, o huir como cobardes.
Resumen del texto leído, que es parte de la Carta Pastoral de la Cuaresma de nuestro párroco, y que acompañó al gesto desarrollado:
En momentos de cierta perplejidad, como la que estamos viendo cada uno de los aquí presentes, nos reunimos para concienciarnos sobre la importancia de -ser familia-. Es muy importante, como nos recuerda la Iglesia, aprender a leer los signos de los tiempos.
¿Qué queremos decir con esto? Pues que detrás de cada cosa que nos ocurre, o le pasa al vecino, o vive cualquier persona en la otra parte del mundo, Alguien muy importante, que nos ama y respeta nuestra libertad, tiene un mensaje para toda la humanidad. Dios habla, pero nosotros no le escuchamos. Preferimos llenarnos de ruido.
¡Qué necesario se hace en este tiempo de la Cuaresma, que profundicemos en nuestra historia de vida y dediquemos tiempo a pararnos de nuestro ajetreado día!
¿Qué ha ocurrido hoy?
¿Para qué Dios ha permito esto?
¿Qué me quiere enseñar? ¿Qué debo aprender? ¿Estoy dispuesto a dejarme enseñar por Dios y por los demás? ¿Soy una persona que, en la noticia negativa, se bloquea y se para, o descubre una oportunidad para ser buena nueva y ser ayuda para los demás?
Ya lo ha dicho el propio Papa Francisco: “esta pandemia vivida ha desenmascarado nuestra vulnerabilidad y ha dejado al descubierto nuestras falsas y superfluas seguridades”.
Gracias a toda la Comunidad Parroquial que, se hizo presente en la tarde de ayer, y pudo ser partícipe de este signo que nos ayuda a leer los signos de los tiempos desde el evangelio.
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