Hace falta postular un principio que es indispensable para construir la amistad social: la unidad es superior al conflicto.
La fe no le tiene miedo a la razón; al contrario, la busca y confía en ella,
¡Cómo quisiera encontrar las palabras para alentar una etapa evangelizadora más fervorosa, alegre, generosa, audaz, llena de amor hasta el fin y de vida contagiosa!
Es sano acordarse de los primeros cristianos y de tantos hermanos a lo largo de la historia que estuvieron cargados de alegría, llenos de coraje, incansables en el anuncio y capaces de una gran resistencia activa.
Una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie.
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