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martes, 4 de julio de 2017

Involucrarse. ¿Qué es el Acompañamiento Espiritual?


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Respuesta en 7 puntos.

Fuente Aleteia. 


Es una manera con que una persona puede acompañar a un hermano en su vida de amistad y unión con Dios mismo, con Cristo. Esta tradición es un tesoro espiritual en la vida de la Iglesia. Este servicio fraternal de característica discreción está relacionado con la vida profunda de esa persona, con la gracia de su bautismo y con su desarrollo.
1. El acompañamiento espiritual implica escuchar bien, escucharse bien, escuchar bien lo que Dios pueda decir en la vida del bautizado, ya que Dios nos transmite su voluntad en nuestra vida concreta.
2. Un acompañante espiritual se elige y se recibe, y así se establece una alianza espiritual. Es necesario que exista algún tipo de domesticación mutua, una amistad en todo caso, una estima recíproca.
3. Hay que organizar la frecuencia de los encuentros con el acompañante espiritual, una frecuencia que se irá adaptando con el tiempo y conforme a los acontecimientos de la vida. El acompañamiento se realiza sobre todo en persona.
4. El acompañamiento espiritual nos enseña a discernir el camino y a reaccionar para no dejarnos arrastrar por ilusiones o espíritus malignos. Nos despierta y nos guía como la acción de un ángel de la guarda. El acompañante espiritual nos ayuda a tomar perspectiva en relación a aquello que atraviesa nuestro espíritu y a afrontar las situaciones de la vida cotidiana.
5. Bajo el cuidado del Señor, las relaciones evolucionan y dan fruto, los caminos se multiplican y los encuentros se diversifican, con el ritmo de la confesión y los intensos momentos de retiro.
6. El acompañante espiritual permite a las personas conocerse mejor a sí mismas, colocarse bajo la atenta mirada de Dios y recibir su paz; ayuda a aceptar y a vivir con el Señor las etapas de nuestra vida y a permanecer en comunión con Él. Poco a poco aprendemos a recibir los acontecimientos, a discernir y a avanzar, tal y como somos, por el camino de nuestra vida, cada uno a su manera.
7. En paralelo al acompañamiento espiritual, con los consejos de nuestro acompañante, podemos recurrir también a otras personas para conocernos de forma diferente y vivir mejor. La santidad es una vocación a la que respondemos en la comunión de la Iglesia.

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