La Iglesia celebra en el comienzo de noviembre a todos los santos y los fieles difuntos. El primero de noviembre es un día en el que se homenajea a todos los santos, conocidos y desconocidos. A los que están en los altares y a tantos y tantos cristianos que después de una vida según el evangelio participan de la felicidad eterna del cielo. Son nuestros intercesores y nuestros modelos de vida cristiana. El día 2 de noviembre honramos a nuestros fieles difuntos.