Cierta cultura actual considera al hombre como el único actor de su vida.
La vida es nuestra, pero no está a nuestra disposición como si fuera una finca o una cuenta bancaria. Curiosamente se afirma la autonomía personal para poder acabar con es autonomía.
La vida es digna porque tiene su origen y destino en Dios. El carácter trascendente de la vida, como el de la libertad, se muestra en que no podemos renunciar dignamente a ninguna de las dos.
Fuente: Conferencia Episcopal Española.
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