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viernes, 26 de junio de 2020

"El trabajo de rodillas ante el sagrario es infinitamente más fecundo que el trabajo de codos ante la mesa de estudio”





Manuel González García, un fascinado, un enamorado de la persona de Jesús. Desde su propia experiencia nos dice que “la historia de la Iglesia… tiene sobradamente demostrado que el trabajo de rodillas ante el sagrario es infinitamente más fecundo que el trabajo de codos ante la mesa de estudio”. Encontrarse con Él cada día en el sagrario fue la experiencia más grande, profunda y decisiva de su vida, experiencia de gozo, de amor y de libertad, que le lleva a exclamar con san Pablo: Para mí la vida es Cristo y una ganancia el morir (Fil 1,21). Todo lo considero basura comparado con el conocimiento de Cristo Jesús mi Señor (Fil 3,8). De ahí surge su apasionamiento por Jesucristo. Me urge el amor de Cristo (2 Cor 2,14), como le urge también la necesidad imperiosa de anunciarlo a todos: Ay de mí si no evangelizare (1 Cor 9,16).

+ Juan José Asenjo Pelegrina 
Arzobispo de Sevilla


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