ACTUALIDAD

jueves, 11 de febrero de 2021

EL DESEO DE DIOS

(Conf. 1,5,5)

Oh Señor,

¿cómo podría yo descansar en ti?,

¿cómo podría conseguir que vengas a mi

corazón y lo embriagues;

para que me olvide de todos mis males

y me abrace a ti, mi único Bien?

¿Qué eres tú para mí?

No te enojes y déjame hablar:

¿qué soy yo para ti,

para que me mandes que te ame,

y, si no lo hago,

te disgustes conmigo

y me amenaces con grandes desgracias?

¿Es que no es suficiente desgracia el no

amarte?

¡Ay de mí!

Por lo que más quieras, dime:

¿qué eres tú para mí?

Díselo a mi alma:

«Yo soy tu salvación».

Pero, ¡díselo de modo que yo lo oiga!

Señor,

ahí tienes, delante de ti,

los oídos de mi corazón.

Ábrelos y dile a mi alma:

«Yo soy tu salvación».

Entonces yo saldré disparado tras esa voz

y te daré alcance.

¡No me escondas tu rostro!

¡Muera yo para que no muera mi alma

y pueda así verte!.

San Agustín. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario