Ermita de Nuestra Señora de El Socorro
Las primeras referencias sobre las campanas de la ermita de Nuestra Señora
de El Socorro nos llegan en fecha muy tardía. Las cuentas de la fábrica parroquial
de San Pedro recogen para el periodo 1804-1813 un pago «por 4 reales de traer la
campana del Socorro» a la iglesia en el momento en que la ermita fue utilizada
como lazareto durante la epidemia de fiebre amarilla. De esta información se
desprende que tuvo que contar con un único instrumento, como también refleja un
inventario de la ermita realizado en torno a 1880, en el que se indica la existencia de
«una campana de regulares dimensiones». De igual forma quedaba patente en la
crónica sobre las fiestas de El Socorro de 1888, redactada por el sacerdote Santiago
Beyro y publicada en el Diario de Tenerife: "Y la ermita espera a su titular, blanquita como una paloma, llena de flores y limpia como una patena. Repica alegremente su campana y la playa de Chimisay,
de santos recuerdos, iluminada por un sol espléndido y bañada por un mar azul
parece que sonríe....".
Hoy penden del campanario de la ermita dos campanas. Una de ellas, no
posee ninguna inscripción ni elementos decorativos. La segunda, fundida en 1875,
ofrece un rico repertorio ornamental en su tercio, compuesto por una cortina recortada en ondas con flecos, adornada con flores que se alternan en el interior de
una cenefa de rombos y en una cinta de flores. En sus asas presenta dos mascarones
representativos de la escuela de fundidores catalanes.
Como advierte la marca de fábrica, fue realizada por la fundición de Josep Calbetó
en Barcelona.
Fuente: LAS CAMPANAS DEL MUNICIPIO DE GÜÍMAR:
LENGUAJE, HISTORIA Y TRADICIÓN
José Lorenzo Chinea Cáceres
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